Ganadería retirará 70 vacas en Mena si siguen sin vigilancia

A.C.
-

Loa ganaderos de Ribota y su entorno temen un contagio en caso de haber animales enfermos

Una vaca viva de la granja denunciada siendo portada con una máquina retroexcavadora, a su paso por Ribota. - Foto: DB

El Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería ha abierto cinco expedientes sancionadores a una explotación de 70 vacas y unas 30 ovejas ubicada en Ribota de Ordunte, entre otros motivos, porque los animales no han pasado las preceptivas revisiones sanitarias de los veterinarios de la Junta de Castilla y León ni en 2020 ni en lo que llevamos de año, un hecho absolutamente «excepcional», como admite el jefe del Servicio de Agricultura y Ganadería, Juan José Bustos. Sin embargo, quienes, de momento, pagan las consecuencias son otros ganaderos de Ribota de Ordunte, Hornes, Nava de Ordunte y Caniego, quienes temen que sus animales sufran un posible contagio, en caso de haber alguna enfermedad sin control en esta granja.

Ganadería ha abierto expedientes a la explotación de B.LL.N. por presuntos incumplimientos de la normativa sanitaria, la de bienestar animal y la de retirada de cadáveres. Pero además, está en contacto con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) «para tener la zona controlada», como explicó ayer a DB el jefe del Servicio de Agricultura y Ganadería, quien aseguró que «en menos de dos meses los expedientes van a dar resultados» tras una larga y obligada tramitación administrativa.

Si siguen sin cumplir la normativa y sin poner los medios adecuados para que los veterinarios puedan inspeccionar el ganado, «la Junta de Castilla y León retirará los animales de la granja», afirmó Bustos. No obstante, otros incumplimientos podrían conllevar sanciones económicas. Para la revisión de las vacas, es preciso que instalen una manga ganadera o pasillo cercado que permita a los veterinarios «trabajar con medidas de seguridad que les protejan». Hasta 2019, se arriesgaban a hacerlo en el campo de forma excepcional. 

En Agricultura y Ganadería también son conocedores de que los animales sufren «problemas de alimentación», como denuncian los ganaderos afectados del entorno, quienes ven como las vacas tiran las alambradas e invaden sus fincas para comer el pasto ajeno. Ello conlleva que se mezclen con las suyas y se dispare el temor a posibles contagios que redundarían en una bajada de la rentabilidad de las explotaciones. El descontrol de estos animales y su búsqueda de pasto llega al punto de que en ocasiones salen a la carretera CL-629, que conduce a Bilbao, o a la de la zona de Ordunte, con el peligro que ello conlleva para los conductores.

Además, B.LL.N. y su hermano tienen a los animales pastando en el monte de utilidad pública de Ribota, en contra de lo que marca la normativa, que prohibe el uso de estos montes a quienes no han pasado por los controles veterinarios. Para más inri, se ven afectados otros ganaderos que no pueden hacer uso del monte de utilidad pública, aún pagando el alquiler de algunas de sus fincas, porque la Junta quiere impedir que se mezclen animales de distintas explotaciones.

Imágenes, como la que ilustra esta noticia, donde se ve a una vaca viva, siendo transportada con  una máquina retroexcavadora reflejan claramente una práctica que podría suponer un maltrato animal, al estar prohibido manejar así a los animales. Ni éstas ni otras vacas tampoco pueden pastar en el entorno, ni beber en el pantano de Ordunte del que se abastece de agua el Gran Bilbao, otra prohibición que también se saltan de forma habitual.