Diez millones de décimos de la lotería nacional del sorteo de mañana llevan estampada una imagen alusiva a la colocación de la primera piedra de la Catedral. Catedral de Burgos. Así empezó hace 800 años, dicen los billetes. Mejores redactores hemos visto. Hubiera sido preferible que la Catedral figurase en las monedas, como la de Santiago de Compostela, porque un décimo de lotería es vida, dulzura y esperanza nuestra una semana o poco más y luego es solo papel de coleccionista, pero menos da una piedra.
Al parecer, los organizadores de los fastos del VIII Centenario querían, además, que el sorteo se celebrara en la Catedral, que se ha convertido en edificio de usos múltiples y lo mismo sirve para celebrar un Tedeum, que para dar ruedas de prensa o repartir los millones del gordo, pero la cosa se ha truncado porque era mucha fatiga arrastrar desde Madrid los bombos con las bolas y toda la parafernalia lotera.
Con la reforma de las pensiones que se acaba de anunciar, todos queremos que nos toque la lotería de mañana para pasar la vejez sin estrecheces, aunque vaya usted a saber si tendremos vejez y si habrá mañana. Menos mal que Machado nos dio esperanzas cuando dijo que la España de charanga y pandereta/… ha de tener su mármol y su día/ su infalible mañana y su poeta.
Poetas no nos faltan, no señor, pero lo del mañana no está tan claro; solo está claro lo del sorteo, lo del premio de casi quince milloncejos a uno de los décimos que bendecirá el mismísimo obispo don Mauricio desde su cátedra celestial. Tampoco debía estar muy seguro del mañana Machado, aunque escribió lo que escribió, así que compraba su decimito de lotería en la administración de la calle Real de Segovia, y hasta le tocó el gordo, el 15085, pero extravió el décimo y no lo pudo cobrar. Estas son boutades de poeta, porque se hacen versos más inspirados añorando en el cuarto de una pensión la fortuna perdida, que comiendo ostras en la costa Azul.
Pero a lo que vamos, que mañana es el sorteo, que mañana sale el premio, el de los quince milloncejos, el de los décimos ilustrados con la imagen de la colocación de la primera piedra de la Catedral. Mañana sale el gordo para uno; que salga el sol para todos, ya es otro cantar.
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