Ha sido un único acto en todo este año, pero les ha sabido a gloria. Porque tras dos años de parón obligado por la pandemia, la Asociación de Dulzainas y Tambores Villa de Aranda ha regresado a la calle. Y lo ha hecho para interpretar los tradicionales villancicos castellanos y ribereños que no sólo tocan sino que también cantan.
"Por lo menos hemos vuelto, que no es poco. A ver si a partir de ahora es un no parar y podemos seguir con nuestra actividad", desea esperanzado su presidente, David Brogeras, quien reconoce que tenían "muchísimas ganas" de retomar los pasacalles.
A pesar de la lluvia, niños y mayores no dudaron en acercarse a disfrutar hasta la Plaza de la Constitución de unos villancicos al ritmo de las dulzainas y los tambores, pero también de la zambomba, el almirez, los cascabeles, la botella de anís y hasta dos vieiras. Por primera vez, se sumó a la cita otro arandino que toca la tuba. "Atraemos a mucha gente. Se oye la dulzaina y muchos lo van buscando, es lo bueno que tiene que se escuche a 300 metros de distancia", dice entre risas.
Por fin volvieron a escucharse unos cánticos que se han transmitido oralmente de generación en generación y que los integrantes de esta asociación han ido recopilando y adaptando para interpretar con varias dulzainas. Cuentan con villancicos de Cabañes de Esgueva, como el titulado 'Temblando de frío', que les cantó Lucía Aguado, y que incluye notas gallegas. De hecho, Brogeras recuerda que en alguna ocasión lo han llegado a tocar con gaitas.
También figura en su repertorio 'El 24 del mes', cantado por Paco y Paquita, de Sinovas. "Todos son de Aranda y pueblos de la Ribera del Duero, lo más cercano posible", explica Brogeras, confiado en que para el próximo año puedan retomar por fin su tradicional concierto de villancicos, que celebran en la iglesia de los padres claretianos con carácter solidario. Los beneficios recaudados con la venta de papeletas para una cesta después los donan a distintas organizaciones sin ánimo de lucro, como la Asociación Española Contra el Cáncer de Aranda de Duero.
A partir de ahora y a la espera de recuperar cierta normalidad, los cerca de 40 músicos y más de un centenar de socios y simpatizantes confían en retomar los ensayos a partir de febrero. Por delante tienen un par de meses para terminar de afinar su repertorio de cara a la Semana Santa y ya en septiembre, actuar en las fiestas patronales en honor a la Virgen de las Viñas.