Lejos de solucionarse el problema de la proliferación de vertederos ilegales en el término municipal de Aranda, el número de escombreras sigue creciendo y el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento arandino quiere ponerle coto de forma definitiva. En la actualidad, ya tienen localizados 14 puntos conflictivos, uno más que hace tres meses, y los esfuerzos para eliminarlos del paisaje urbano se van a incrementar desde septiembre.

«No todos los puntos tienen la misma gravedad, en algunos sólo hay unos pocos restos, pero otros son más problemáticos, como es el caso de las traseras de Fuenteminaya, a orillas del río Bañuelos, o las traseras del cementerio municipal y las eras de Santa Catalina», destaca el concejal de Medio Ambiente, Carlos Medina, los lugares donde más escombros y basura se acumula. La lucha contra estos vertederos incontrolados varía en función de su tipología porque, en el caso de la ribera del Bañuelos «ya se ha limpiado en varias ocasiones y vuelve a aparecer» mientras que en las eras de Santa Catalina «es más difícil porque son terrenos de muchos propietarios».

Medina avanza que «una vez que acaben los festejos varios que tenemos a la vuelta de la esquina nos pondremos otra vez con este problema» para intentar retirar las acumulaciones de basura, cascotes de obra o enseres abandonados en los distintos puntos de la ciudad y su medio natural. Las primeras intervenciones se limitarán a la retirada de los despojos para, a continuación, articular medidas para evitar que se vuelvan a producir esas acumulaciones de deshechos. 

En el caso de la orilla del Bañuelos, el edil de Medio Ambiente enmarca estos trabajos en un proyecto aún mayor. «Cuando se actúe ahí será dentro del Plan de Sostenibilidad Turística, que incluye una parte para la recuperación de las riberas y en la que vamos a trabajar en las orillas del Bañuelos», puntualiza Medina. En otros enclaves, la solución es más complicada desde el punto de vista administrativo porque no se puede actuar en terrenos que no sean públicos. «Las eras de Santa Catalina tiene problemas periódicos y se acumula mucho escombro y basura, pero como son tantos propietarios es difícil intervenir», remarca el concejal.

Mientras tanto, a la espera de que se aclaren los problemas de reorganización de la plantilla municipal, se sigue postergando la creación de una Policía Verde. «Cuando se complete la plantilla de la Policía Local, la idea es destinar a unos agentes de manera específica a temas ambientales», recuerda Medina, que se encargarían de investigar la procedencia de los residuos para imponer más sanciones.