Está a gusto en Finlandia. Disfruta mucho de su trabajo y de la compañía. Estos tres últimos años están suponiendo una experiencia muy enriquecedora. Pero no ve el momento de volver a España, de convivir muy cerca y de continuo con su familia, con la vida en la calle, con un carácter más abierto y vitalista. Espera regresar de forma definitiva al sol este verano.
Sonia Sanz de la Fuente tiene 27 años y desde 2022 está en Helsinki, la capital de Finlandia, como profesora en una kindergarten (escuela infantil) con niños de 5 años. Hasta allí voló animada por una compañera de carrera que había hecho antes el trayecto.
Previo a este salto estuvo dos años trabajando en Malta también de educadora. Allí conoció a su actual pareja, francés, y juntos viajaron al norte de Europa. Cursó el grado de Maestra en Educación Infantil en la Universidad de Burgos y realizó sus últimas prácticas de la República Dominicana.
Siempre ha vivido Sonia Sanz de la Fuente en Villacienzo y de pequeña fue al colegio a Villalbilla. El instituto lo hizo en el Diego de Siloé, en San Pedro y San Felices. Se reconoce muy apegada a sus raíces y a su familia, tanto que todos los días, camino del colegio, "es obligatoria" la llamada a sus padres. "No puede faltar si quiero que mi día empiece con alegría", afirma. "Nunca pensé que iba a echar tanto de menos las lentejas de mi madre ni una cerveza en una terraza", continúa. Además, hace un año llegó su primera sobrina y necesita verla crecer (con seis meses ya visitó Finlandia). Por ello, suele volver cada cuatro meses a recargar las pilas de sonrisas, besos y abrazos.
A sus actuales vecinos nórdicos les ve como "bastante fríos, pero gente muy honrada, aunque mantengan su espacio. No tienen prejuicios ni te vas a sentir juzgado. Te van a ayudar siempre que lo necesites. Están muy avanzados, sobre todo en el tema de la educación, que es el que más conozco. Yo soy muy social y aún no me he acostumbrado a que no me saluden en el ascensor. Respetan muchísimo la infancia. Los finlandeses o fineses adoran España y a su gente. Muchos de ellos la tienen de destino vacacional. De hecho, en Fuengirola (Málaga) tienen una comunidad muy grande".
Finlandia disfruta de una naturaleza espectacular, pero dura y de bajas temperaturas. Esto hace que los hábitos de Sonia (que ha vivido también en la mediterránea Malta y en la caribeña República Dominicana) hayan mutado y readaptado: "Los inviernos son largos y me han hecho descubrir nuevos hobbies, entre ellos el baile. Hace unos meses me presenté con una amiga española a un evento representando a nuestro país e hicimos 4 bailes, incluyendo sevillanas y la jota burgalesa", incide.
En su carpeta de asuntos pendientes asoma un proyecto que le apasiona: está creando junto a una amiga una página online llamada @beyoutheshop, donde venden pendientes hechos con arcilla polimérica. "Por ahora hacemos envíos dentro de Finlandia, pero nuestro sueño es expandirnos y ofrecer nuestros diseños en España", dice.
Sonia Sanz, que usa el inglés en su empleo, cuenta los días que le quedan para dar por finalizada su etapa finesa y regresar cerca, lo más cerca posible, de su familia. Lo hará, "si todo va bien", junto a su pareja, con las maletas llenas de conocimientos y de experiencias, y con muchas ganas de seguir trabajando de profesora o en algo muy relacionado con la educación. La buena educación. La que empieza con los niños.
POR ENCIMA
Finlandia limita con Suecia, Noruega y Rusia. Este último vecino, con el que comparte 1.400 kilómetros de frontera, inquieta, y mucho, y más en los últimos años. Cuenta solo con 5,6 millones de habitantes y en su parte superior se encuentra la región de Laponia. Uno de los atractivos que más turistas llevan a aquellas tierras son las auroras boreales. Helsinki es la capital y su ciudad más poblada con unos 675.000 habitantes. Además, se recomienda visitar la región de los mil lagos, la casa de Papá Noel, la fortaleza de Suomenlinna, el castillo de Olavinlinna y varios parques nacionales.
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