En los juzgados, las comisarías o las comandancias de la Guardia Civil tienen razones de sobra para estar preocupados. Los delitos sexuales siguen disparados, con cifras récord cada año. Por un lado se explica en que cada vez hay una mayor concienciación a la hora de denunciar hechos de este tipo. Por otro, hay un dato que invita a una reflexión exhaustiva. Casi la mitad de las víctimas de abusos y agresiones son menores de edad. Los autores de estos hechos son, casi siempre, personas del entorno o incluso familiares.
En el último informe sobre criminalidad publicado por el Ministerio del Interior, viene reflejado un importante incremento de las denuncias por delitos sexuales en la provincia. De los 81 casos conocidos en 2022 se pasó a 107 el pasado ejercicio, lo que equivale a una subida del 25%. La cifra es de récord, pues este tipo de infracciones penales no ha parado de subir en la última década.
La nota preocupante es que de esos más de 100 delitos conocidos el año pasado, en 46 las víctimas eran menores de edad. Y lo que es peor, la mitad tenían menos de 14 años. Los casos más denunciados son abusos y tocamientos, aunque también hay contabilizadas varias agresiones con penetración.
(Más inforomación, en la edición impresa de este martes de Diario de Burgos o aquí)