Visto desde la distancia será un rostro humano en relieve. Ni hombre ni mujer, un rostro sin género ni identidad. A medida que los visitantes se vayan acercando se irá desfigurando para dejar ver solo cientos de pequeños fragmentos de cerámica, cada uno con su propia historia.
Así será Fragmentos, el proyecto de la ceramista Tania Rodríguez que se alzó hace unas semanas como ganador de la residencia artística ComCienciArte, arte, ciencia y ciudadanía, promovido por la Fundación Atapuerca. La obra de Tania es aún una idea que se esboza en el papel, porque no será hasta el mes de julio cuando la artista se traslade a la localidad para hacer realidad su obra, que quedará plasmada en una pared. Lo ejecutará de manera simultánea a la campaña de excavaciones en los yacimientos. De hecho, ella se alojará en la residencia Gil de Siloé donde convivirá con el equipo de arqueólogos que trabaja sobre el terreno, a donde también realizará visitas periódicas para ver qué se va descubriendo y aprovecharlo en su obra.
Rodríguez no se cierra a nada porque «al final los que van a convivir con la obra son los vecinos y yo quiero que ellos estén contentos con la pieza y la reconozcan como suya», argumenta. Además de abierto, el proyecto Fragmentos es comunitario porque busca hacer partícipes a los vecinos de Atapuerca. Con respecto a la técnica, que nadie piense que será un mosaico de colorines «tipo Gaudí». Solo avanza que se trata de un concepto escultórico, con la cerámica trabajada a alta temperatura- como material fundamental. La sorpresa, pues, está garantizada.
«Jugar a ser arqueóloga». Para la diseñadora y ceramista granadina, dar forma a esta obra es como «jugar a ser arqueóloga», profesión en la que el azar juega también parte importante, «porque se trata de buscar y busca para encontrar algo y es cuestión de suerte encontrar, aunque se una pequeña pieza, que proporcionará un montón de información, en este caso de Atapuerca sobre la evolución de la humanidad», recuerda Tania.
En cuanto a cómo se realizará la obra, la artista explica que primero ese rostro se tallará en poliespán para después recubrirlo con tesela para acabar siendo un mosaico, pero no al uso, sino formado por fragmentos que irán proporcionando información. «Intentaré que esos pequeños trocitos sean como capturas de lo que me vaya encontrando, de detalles que iré sacando en moldes y de captura directa con el barro», explica.
Para entender mejor de lo que Tania habla, ella misma pone un ejemplo porque, añade, le gusta trabajar con los cuerpos. Así piensa en la persona más anciana del pueblo y en hacer el molde de una de sus manos y obtener un fragmento que pasaría a formar parte del mosaico.
Rodríguez explica que lo importante de la obra no será en sí el resultado final, ese rostro, «sino los fragmentos que contienen una historia», argumenta la artista granadina, quien tampoco pretende echar la vista atrás y centrarse en los primeros habitantes de la Sierra de Atapuerca, sino que le interesa más el «ahora de sus gentes y del propio lugar», explica Tania, que añade que algunos de esos trocitos serán reconocidos a simple vista, pero otros no.
La ceramista hace hincapié en esa falta de identidad del rostro, aunque reconoce que algunos vecinos se habrían manifestado a favor de que ese rostro fuera el de un homínido. Y es que en el proceso de selección de la obra ganadora, hubo dos fases; una primera, con un jurado compuesto por representantes del Centro de Creación Espacio Tangente, Mujeres Creadoras de Castilla y León y el artista Óscar Martín, y en una segunda fase se realizó una reunión con los vecinos de Atapuerca quienes eligieron el proyecto ganador.
Además de su faceta de diseñadora y creadora, Tania Rodríguez imparte cursos de formación en su taller granadino y es asidua a ferias y mercados, realiza exposiciones de sus variadas y curiosas creaciones que vende también a través de su tienda online.
Estudió Bellas Artes en Granada, se especializó en cerámica en la Escuela de Arte de esa ciudad y continuó con un máster en Bilbao. Asegura que resulta «difícil» explicar su obra, pero que le gusta fusionar el arte y el diseño y adaptar las piezas que se puedan utilizar.