El Juzgado de Primera Instancia número 6 de Burgos ha dado la razón a una comunidad de propietarios que abarca varios números de las calles Rivalamora e Inés Suárez del barrio del crucero, la cual demandó a los dueños del bar Kava por realizar una obra que consistió en una ampliación del espacio para ganar metros de local. Para ello, invadieron parte de la acera aneja y también de la fachada, lo que a juicio de la magistrada supone una afectación de un elemento común y un perjuicio para el resto de los vecinos. Ahora, da tres meses a los responsables del establecimiento para demoler el muro hasta respetar y salvaguardar el estado anterior del edificio.
Este conflicto se remonta al año 2022. Los propietarios del Kava Bar, ubicado muy cerca del Bulevar, comenzaron unas obras de acondicionamiento del local que hace esquina en la calle Inés Suárez con un terreno anejo. La sorpresa de los vecinos llegó al ver que sin autorización de la comunidad ampliaron el estado del inmueble hasta invadir parte de la acera (lo que dibujó un saliente con respecto al resto del edificio) y adosaron un muro a la fachada por encima de su altura original para así ganar varios metros.
Esto no solo suponía, a juicio de los vecinos, una alteración de la configuración del edificio y de la fachada, sino que perjudicaba a la seguridad de una de las propietarias, concretamente la del primer piso, pues el tejadillo que formaba la ampliación facilitaba el acceso a su vivienda a través de la ventana.
Paralelamente, colocaron en el techo del garaje tuberías para la instalación de bajantes y desagües hasta conectarlas con las generales de la casa. En esta intervención, perforaron en dos puntos de una viga de la estructura del edificio de modo involuntario.
Los vecinos creen que sin la ampliación irregular no tendrían licencia
Dadas las circunstancias, los propietarios decidieron acudir a la justicia para que declarara ilegal la obra y procediese a su derribo. Aportaron en el juicio diferentes informes periciales con los que trataron de demostrar que las obras de los garajes suponían un menoscabo para la seguridad del edificio y que la ampliación hacia el terreno anejo era una alteración de la configuración del inmueble. Pues bien, la titular del Juzgado de Primera Instancia 6 ha estimado parcialmente la demanda presentada por la comunidad.
La jueza considera que las obras realizadas en el Kava Bar «suponen una afectación de un elemento común, una alteración de la configuración o estado externo del edificio y su estructura general, así como un perjuicio de los derechos de la propietaria de la vivienda de la planta primera ubicada sobre el local sin autorización de ésta, ni de la comunidad, ni estar permitidas estatutariamente». Por todo ello, da tres meses a los dueños del establecimiento hostelero para demoler el muro de la zona aneja al local hasta respetar y salvaguardar la altura, como estaba con anterioridad.
Quejas por ruidos. Las protestas de los vecinos no sólo se limitan a las obras declaradas ilegales ahora por la jueza. A lo largo de los dos últimos años han tramitado numerosas quejas ante la Policía Local por los ruidos y molestias que acarrea la actividad hostelera del Kava Bar, especialmente por la noche. También han denunciado que muchos clientes del local han aparcado en parcelas de forma irregular. Según algunos de los propietarios, de no haber ampliado ilegalmente el local nunca habrían obtenido licencia para pub.