Titulaba este periódico que la fiesta de la cecina de este año, se atraganta, por el rifirrafe entre Ayuntamiento y vecinos por la falta de un local adecuado para preparar el guiso. A mí se me atragantan otras noticias como la de los más de mil millones que ahora dice el ministro Óscar Puente que costaría reabrir el tren directo, o las trabas a la petición de implantar en Burgos el grado de Medicina. Atragantados están proyectos como el del nuevo Mercado Norte, las autovías pendientes…
El burgalés barrio de San Pedro de la Fuente celebra este jueves la Cátedra de San Pedro en Antioquía, conocida también, gracias a su producto estrella, como la Fiesta de la Cecina, que este año se estrena con el título de fiesta de interés turístico regional que concedió la Junta de Castilla y León en marzo pasado a petición del anterior equipo de gobierno.
Un reconocimiento que para su aprobación tuvo que superar requisitos sobre la originalidad de la celebración, demostrar su tradición popular, contar con elementos propios -en este caso gastronómicos-, una antigüedad mínima de 20 años y capacidad de atraer visitantes de fuera de la región. Título que supone su inclusión en las campañas de promoción que se lleven a cabo por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. Un interés regional que en la capital también tiene reconocida nuestra Semana Santa, los Titos de Gamonal, el Curpillos y el Día de las Peñas.
En la documentación que se aportó en su día para conseguir el reconocimiento turístico de la fiesta de la cecina, se argumentó que se trata de una manifestación festiva con arraigo popular que se pierde en el tiempo y se conmemora en uno de los barrios cuyo origen es tan antiguo como casi lo es el de la propia ciudad de Burgos. A la misa oficial en la parroquia, el reparto popular de 80 kilos de cecina y a otras actividades programadas hasta el fin de semana, este año se suma el reconocimiento con la Cátedra de San Pedro a dos vecinos ilustres: Félix Ángel García, intendente de la Policía Local de Burgos y José María Yudego, adalid de la accesibilidad urbana, de la resiliencia, y de la actividad cultural de la ciudad, quien a partir de ahora cuenta con otro rincón particular en este barrio burgalés. Disfrutemos de la fiesta y que no se nos atragante la cecina, ni por su precio.