Hace unos días este periódico contaba que los dueños del edificio Campo planean decidir este año el futuro del inmueble; vamos que piensan venderlo y creen que pueden conseguirlo. El momento económico es propicio, las dos últimas plantas ya son legales y la jugada permitiría la vuelta a la vida de una construcción megacéntrica y supericónica que, todo hay que decirlo, o se ama o se odia. Yo me confieso militante del primer grupo y fan incondicional.
Los propietarios comentaban en la información que perciben interés por parte de inversores en hacerse con la propiedad y que se barajan múltiples posibilidades como construir apartamentos, un hotelazo... Pero que no hay nada cerrado. De hecho, dada la relevancia del edificio, hablaban de realizar «una consulta no vinculante que servirá para conocer la opinión de la ciudad». Y ya que preguntan, aquí va la mía: una edificación tan emblemática, que goza de protección especial, tiene que ser de la ciudad. Ayuntamiento y propietarios deberían llegar a un buen acuerdo para ambas partes y, como ya hemos dicho en este rincón alguna otra vez, convertirlo en 'Culturódromo' (nos adjudicamos el neologismo). Un centro público enorme (recuerde cómo eran los grandes almacenes) dedicado a eso precisamente, a la cultura en todos sus ámbitos. Las posibilidades son infinitas. Podría instalarse una sala de conciertos en la planta baja, sería un lugar insuperable para la música. Más arriba podría haber espacios para exposiciones, talleres, conferencias y, por supuesto, algo específico para niños. Con esa altura, las vistas desde las plantas superiores tienen que ser de muerte; un bar o un lugar para tomarse algo como suspendido entre los tejados del centro lo iba a reventar. Sería la excusa perfecta para tener una programación de nivel, para dar un paso al frente, crear un espacio de meneo, en el que pasen cosas, para presentarse a Capital Europea de la Cultura con credenciales. Sería perfecto en ese Burgos para caminarlo que se abre paso imparable. ¿Van a dejar pasar la oportunidad?
Salud y alegría.