Llegó la hora de la verdad. El Pleno del Ayuntamiento de Burgos tomará hoy las dos decisiones más importantes desde la sesión de investidura de junio de 2023: la aprobación de un presupuesto clave para lo que resta de mandato y la continuidad o la ruptura del Gobierno de coalición. Atrás quedan diecisiete días de una crisis institucional que arrancó con la decisión del bipartito de eliminar las subvenciones a las ONG que trabajan con inmigrantes y que, tras una sonada contestación social y una rectificación por parte de la alcaldesa, Cristina Ayala, desembocó en un enfrentamiento abierto entre el PP y Vox que ha obligado incluso a las direcciones nacionales de los dos partidos a intervenir.
El anuncio de Cáritas de solidarizarse con Burgos Acoge, Accem y Atalaya y renunciar a su convenio, el posicionamiento del empresariado y del tejido social, económico y cultural de la ciudad y la presencia de más de 3.000 burgaleses en un concentración en la Plaza Mayor llevó a la alcaldesa a descolgar el teléfono a primera hora del día siguiente para hablar con el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández-Mañueco, y con la secretaria general de su partido, Cuca Gamarra, para consensuar la «marcha atrás». La regidora anunció la restitución de las subvenciones a estas entidades sociales y, aunque confiaba aún en poder mantener el Gobierno de coalición, aseguró incluso que estaba dispuesta a someterse a una cuestión de confianza.
El vicealcalde, Fernando Martínez-Acitores, reculó parcialmente para ofrecer a Ayala una «enmienda transaccional» de difícil encaje jurídico y que incorporaba nuevas condiciones. Vox estaba dispuesto a mantener los 120.000 euros de subvenciones a las ONG, pero reclamaba el compromiso del PP, por escrito, de que se garantizara que ese dinero no se emplearía a actividades relacionadas con la inmigración irregular.
El viernes 15 de noviembre fue un día importante ya que Ayala plantea ya en su círculo más cercano y dentro del partido la ruptura con Vox. Ese impulso se frena y el lunes se celebra una reunión decisiva en el devenir de los acontecimientos. Por parte del PP asisten la alcaldesa y el presidente del partido en Burgos, Borja Suárez, y en Vox acompaña a Fernando Martínez-Acitores la vicesecretaria nacional de Acción de Gobierno y Coordinación Parlamentaria, Montserrat Lluis.
La reunión se celebra en la Alcaldía a media tarde y en ella Vox propone incluir una adenda al 'Acuerdo por Burgos' que firmaron los dos partidos antes del inicio de la legislatura y exigen que quede por escrito, tanto en ese documento como en el plan estratégico de subvenciones y luego en los convenios, que el dinero de esas subvenciones a las ONG no se utiliza para ayudar a lo que en el partido de Abascal llaman inmigración ilegal. Ayala y Suárez se niegan a aceptar una exigencia que consideran inaceptable y Lluis se muestra también inflexible y se niega a renunciar a sus condiciones.
La comisión de Hacienda del martes corrobora lo que había pasado el día anterior. El PP se niega a incluir una enmienda de Vox en el dictamen del presupuesto y Martínez-Acitores vota en contra de las cuentas.
Aunque tanto Ayala como Martínez-Acitores detallaban ayer que habían retomado el diálogo, el clima entre los dos partidos durante los últimos días ha sido de tensión. El vicealcalde culpa al PP de «romper» el acuerdo del presupuesto e incluso desvela que han sido los populares y no ellos los que han quitado la ayuda de 15.000 euros a Saltando Charcos, un club deportivo que trabaja con jóvenes, algunos de ellos de origen inmigrante.
Será hoy, en cualquier caso, cuando se despejarán todas las dudas con el voto de los concejales de Vox al presupuesto. La supervivencia del Gobierno de coalición cotiza a la baja en las apuestas, pero todo puede cambiar con una improbable pero no imposible llamada de Madrid.
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