Lo grita Merino y vaya si tiene razón. Todo empieza aquí / todo empieza aquí / aquí. Y, claro, esas estrofas en una plaza del Trigo abarrotada cobran todo el sentido del mundo. Luego añade: Sé que estaré bien / sé que estaré bien. Y tampoco se equivoca. Lo saben bien los miles de festivaleros que, jornada tras jornada, no perdonan los conciertos en este emblemático espacio, 'inundado' como nunca de pistolas de agua y abanicos para sobrevivir al sofocante calor.
También los vecinos se han sumado a la causa y unos cuantos no paran de lanzar agua con regaderas desde sus balcones a la multitud, que junto con los manguerazos por parte de los voluntarios de la Agrupación de Protección Civil no para de botar con los ritmos que le echen. Y es que para aguantar ahí abajo tantas horas y con semejante temperatura, hay que echarle valor... en todos los sentidos. Son días en los que el público luce una colección de sombreros digna de museo, los hay de paja, de tela, algunos kasa (sombreros tradicionales de Japón) y de estampados diversos. Hoy ganan los de patitos, bananas y leopardo.
Después ha llegado el turno de Karavana, un grupo que nació en plena pandemia y que va camino de convertirse en uno de los fijos en los festivales de verano a juzgar por cómo triunfan sus temas y cómo los corea el público. Eso del Qué putada que contigo pase el tiempo / Porque siempre lo he pasado bien / Para nosotros quedará el recuerdo / De los buenos momentos de ayer ya resuena con fuerza en la capital ribereña.
Pues sí, todo empieza en la plaza del Trigo - Foto: L.N.A la espera de que a las 3, el director de Sonorama Ribera, Javier Ajenjo, anuncie la ansiada sorpresa, por la multitud bien se podría parar ahora el mundo, como reza la canción de La la love you que todos cantan o el Emborracharme de Lori Meyers, que han sonado entre un grupo y otro.