Diego Pérez Luengo

Plaza Mayor

Diego Pérez Luengo


Canción salvavidas

18/09/2024

Tengo una debilidad por la música. No sé entender mi vida sin ella y a todo lo que me pasa le pongo una canción. También me gustan los toros, la literatura y el arte en general, aunque a la tauromaquia muchos no la consideren como tal. Entiendo que no es la afición más sencilla de defender. Pero si viniese un inquisidor ficticio y me obligase a quedarme únicamente con una disciplina artística escogería la musical.

Me pesaría porque la literatura tiene esa magia capaz de engancharte y llevarte a lugares que nunca habías imaginado, a evadirte de una realidad que puede doler y de la que a veces es necesario escapar. Pero no siempre se tienen alas para volar y por eso me quedo con la música. Porque cuando la vida te supera un poco más de lo que creías poder soportar la sencillez de un mensaje envuelto entre los acordes de una canción es capaz de salvarte del fango.

Yo las llamo canciones salvavidas y creo que todas las personas que amamos la música hemos encontrado alguna en nuestro repertorio vital. Yo hasta hace un par de años tenía Los días raros de Vetusta Morla como comodín cuando algo me dolía. Me refugiaba en la energía de su progresión y encontraba un abrigo en el que diluir el daño. Siempre he creído que los artistas tienden a dejar una parte de sí en las obras para que otras personas puedan encajar en su descomposición emocional.

Pero hubo un día en el que necesité algo más. Mis días raros se volvieron un hábito y parecía que mi antídoto había perdido la fuerza que me faltaba. En ese punto apareció otra canción salvavidas de un grupo que creía olvidado. El rock que yo recordaba de Sexy Zebras se había vuelto reflexión y vino para salvarme de mí mismo. Siempre hay razones para abandonar y una canción para resucitar fue una frase que estuve a punto de tatuarme.

Desde que entró en mi vida no hay día que no me acuerde de ella y vivo más tranquilo sabiendo que la tengo cerca. Por eso necesito la música y, aunque sea un enamorado de todo lo que provoca una emoción, si existiese ese inquisidor ficticio me tendría que quedar con las canciones.