Fantásticos, misteriosos y diferentes

A.S.R.
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Autismo Burgos celebra su 35 aniversario con 'Gárgolas de solidaridad', una instalación construida por usuarios, artistas y escritores

Las gárgolas han sido protagonistas de las sesiones del taller de pintura desde el inicio de la propuesta. - Foto: Valdivielso

Otean el devenir de la ciudad desde su particular atalaya, pocos reparan en su presencia, pero quienes lo hacen saben que se encuentran delante de alguien especial. Las gárgolas son seres fantásticos, misteriosos y diferentes. Las personas con trastorno del espectro autista (TEA), también. Ambos personajes se funden en el proyecto colectivo orquestado por Autismo Burgos para celebrar su 35 aniversario. Gárgolas de solidaridad suma a usuarios de la asociación y a 35 creadores de diferentes disciplinas de la ciudad y se presentará en una fiesta el 21 de noviembre en La Estación (19 horas).

Ese día se desvelará el resultado final, una instalación de hechuras catedralicias a modo de mosaico gigante formado por teselas de 23x23 centímetros, cada una intervenida por uno de esos invitados, que hacen su propia interpretación de estas figuras que hacen equilibrismos en los muros de la Catedral.

La carga de simbolismo que acarrea la gárgola explica su elección. «Hay mucha similitud entre la misión de estos elementos arquitectónicos de la Edad Media, que cuidan y protegen los templos, con la de las asociaciones, que canalizan y guían a sus usuarios. Además, son personajes extraños y misteriosos como las personas con autismo, a las que es muy difícil comprender del todo su mecanismo interior, y que, a la vez, son muy divertidas», explica Laura Esteban, profesora del taller de pintura, creado en 1988, pionero en el tratamiento de este trastorno.  

Capitanea esta iniciativa con Rodrigo Arnaiz, responsable de Comunicación, que graba todo lo que se mueve en torno a él y recoge testimonios de sus protagonistas para un documental que se estrenará el día de la presentación: «Cada uno da su perspectiva y muy pocos coinciden. Lo llevan a su terreno y queda un conglomerado muy diverso porque hay diferentes edades y disciplinas como pintura, escultura o cine, incluso entre los artistas está una chica con asperger, María Oviedo».

Desde que empezó esta aventura, estos seres enigmáticos se han escapado del templo Patrimonio de la Humanidad para colarse en este espacio de Autismo Burgos. Por las mesas se desparraman feas y burlonas, bellas y elegantes, con cara de dragón y de demonio, pintadas de azul eléctrico, verde fosforito, morado chic, amarillo brillante...

Un sinfín de colores se despliegan en la paleta cromática de sus autores, Pedro, Patricia, Raúl, Óscar, Iván, Unai y Rafael. «Todo lo que hacen aquí les sirve para estructurar su vida con pictogramas o fotografías, algo que les ayuda a comunicarse ya que es un lenguaje menos abstracto que el verbal», observa Esteban. A este particular diccionario se suma misteriosa, fantástica y diferente la gárgola. Se topará con la solidaridad, vieja conocida.

 

UN ELEMENTO, DISPARES MIRADAS

Gárgolas de solidaridad reúne a los usuarios de Autismo Burgos Pedro Martín, Patricia Rica, Raúl González, Óscar Saiz, Iván Arnaiz, Unai Tomé y Rafael Cabezón y a los creadores plásticos Guillermo Esteban Ferreiro, Juan Mons, Laura Esteban, Luis Alberto Portilla, Maite de la Parte, Cristino Díez, Sergio Sergare, Daniel Duque, Antonio Doñate, José Marticorena, Fran Herreros, Paula Sampelayo, Elvira Mateos, Blanca Mons, María Oviedo, Fernando Arahuetes, José Manuel Marijuán y Segundo Escolar. La instalación creativa se completa con las letras de Lourdes García Barros, Angélica Lafuente, Eliseo González, Rodrigo Pérez Barredo, Elena Gallego, Fernando Ortega Barriuso, María Jesús Jabato, María Merino, David Ruiz, Óscar Esquivias, Lia Willems-Gómez, Esther Pardiñas, Javier Gil, Carlos de la Sierra, Almudena Sanz, José Gutiérrez Román y Diego Sandino.