El monaguillo que fue a la huelga en 1980

R. PÉREZ BARREDO / Sotresgudo
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Hace 45 años que José Manuel Gutiérrez y José Francisco Pinto, monaguillos de Sotresgudo, plantaron al cura por no subirles los honorarios. El episodio tuvo eco nacional. Fueron considerados los huelguistas más jóvenes de la democracia

José Manuel posa con un artículo que se publicó entonces en el mismo sitio en el que fue retratado con 10 años. - Foto: Luis López Araico

Erigida sobre un leve promontorio, la iglesia de San Miguel resulta imponente en el silencio del mediodía, a cuyo rescate acuden las campanas con su secular tañido de bronce, que se expande por la paramera. Su resonancia trae reminiscencias del pasado, algo así como un eco antiguo. Al menos para José Manuel Gutiérrez, que está releyendo junto a los muros del templo de Sotresgudo aquella vieja noticia que lo catapultó a una efímera fama. Sucedió en marzo de 1980, cuando tenía diez años y ejercía como monaguillo en las misas que se celebraban en su pueblo. Enterados él y José Francisco Pinto, su compañero en tareas litúrgicas, de que el cura les gratificaba con diez pesetas menos que a los acólitos de otras parroquias que también atendía, como la de Villegas, resolvieron ponerse en huelga y no prestar servicio en la misa de domingo.

Se armó la 'marimonera' a pequeña/gran escala: este periódico, sin ir más lejos, se hizo eco de la anécdota a través de Martinillos en su sección 'Quisicosas' días más tarde: «La huelga es un derecho constitucional que en España todos los sectores ejercen. Pocos, desde luego, son los que ya no le han ejercitado. Por si hubiera alguno que no ha entrado en el referido juego democrático, señalemos que también los monaguillos de Villegas (sic), el pequeño pueblecito burgalés, se han declarado en huelga. Según noticias llegadas a nuestra Redacción, el pasado domingo plantearon al sacerdote encargado de la parroquia la petición de que fuera doblada la gratificación que habitualmente perciben y al no dárseles una respuesta afirmativa, optaron por declararse en huelga», escribía el autor del comentario.

El asunto no pasó desapercibido para la prensa nacional -siempre alerta de cuanto ocurre en provincias- y hete aquí que días más tarde se personó en Sotresgudo nada más y nada menos que Margarita Landi, la periodista estrella del semanario El Caso, que entrevistó y fotografió a ambos chavales, así como a los progenitores de ambos. «Fue una chiquillada», evoca riéndose José Manuel, que fue bautizado por la legendaria plumilla como el huelguista más joven de la más joven aún -incipiente, podría decirse- democracia. Su socio en labores eucarísticas tenía 11 años, uno más que él. «Fue el mismo cura, don Sebastián, quien dos dijo que a los monaguillos de Villegas les pagaba veinte pesetas cuando a nosotros nos daba diez. Pedimos lo mismo y se negó. Dijimos que no ayudaríamos ese domingo en misa y así lo hicimos».

José Manuel tiene claro, 45 años después, de que aquel plantón se hizo público -y se extendió- por parte del propio sacerdote. «Igual llamó el mismo a El Caso, quién sabe. Pero a nosotros nos pareció injusto y por eso tomamos la decisión. Pero sólo fue una vez. Al domingo siguiente volvimos a ejercer de monaguillos.Y por el mismo dinero de siempre». Los que más se enfadaron, en puridad, fueron los padres de los chavales por la notoriedad que alcanzaron sus hijos, si bien apoyaron el plante. El padre de José Manuel, molinero por más señas, fue tajante en sus declaraciones a Landi: «Por qué a los de aquí les arregla con diez pesetas y a los de Tapia con cinco? Pero todo esto no tiene importancia, porque nosotros no contamos con ese dinero para nada, es para los chiquillos que les hace ilusión comprarse algunas golosinas pero nada más Si les da diez pesetas los domingos y cinco los días de diario son para ellos, pero es natural que les moleste saber que los de Villegas cobran más haciendo lo mismo». Impecable, Teodoro Gutiérrez.

(El reportaje completo, en la edición impresa de este domingo de Diario de Burgos o aquí)