Hay quienes dicen que los jóvenes de hoy son más egoístas y hedonistas, que van a lo suyo, ajenos a los grandes problemas del mundo; solo pendientes del móvil y de la moda. Otros opinan todo lo contrario. Obviamente, en un grupo social tan amplio, hay de todo y en todos los extremos. En el de la solidaridad y la empatía encontramos a Naiara Martínez Lozano, burgalesa del barrio de San Julián de 28 años que trabaja en Colombia con la ONG Peace Brigades International (PBI) -Brigadas Internacionales de Paz-.
¿Y qué hace esta educadora social por la Universidad de Burgos allende el Atlántico? "Hacemos acompañamiento internacional a personas defensoras de derechos humanos que por esta condición están en riesgo y/o amenazadas. Viajamos muy frecuentemente a zonas rurales. Esto me permite conocer mejor este país espectacular y también los procesos de resistencia de los territorios a los que vamos, y ver que todavía hay esperanza en Colombia a pesar de toda la violencia a la que se enfrentan día a día injusticias y las amenazas a las que se enfrentan por defender su territorio y el medio ambiente ante intereses económicos de empresas extranjeras extractoras (que son ahora la principal amenaza)", indica lamentando esta realidad.
Naiara Martínez, que fue al colegio Zapatito (Nuestra Señora de Lourdes) y luego al Instituto Cardenal López de Mendoza, hizo después de graduarse en la UBU un máster en Cooperación al Desarrollo en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Tras pasar unos meses trabajando en Burgos en un Burger King, en Druni, Goiko y UDON, se empleó en otra ONG en Bolivia, y también en la Embajada de este país en Bélgica. Lleva un año residiendo en Bogotá, la megaurbe capital de Colombia: "Soy una persona a la que le gusta conocer y el año pasado estuve aquí de vacaciones y me quedé enamorada del país. La gente es muy amable y divertida, aunque siento desconfianza y veo la ruptura del tejido social que han sufrido por tantos años de conflicto armado. Aunque ha mejorado mucho en seguridad y en temas sociales, la realidad es que sigue habiendo violencia, sobre todo en las zonas rurales. Pero yo siempre digo a las personas que vienen de visita y piensan que les va a pasar algo que el riesgo es para los colombianos, no para los extranjeros", señala.
Denuncia la 'violencia' de algunas empresas extractoras
A esta burgalesa de espíritu abierto y luchador le encanta conocer gentes, lugares y culturas diferentes. Tiene un gato llamado Che, hace yoga y se acaba de formar para ser profesora.
Además de a la familia y amigos, en el retrovisor de las añoranzas y los gratos recuerdos divisa "las bravas del Azalea, los kebabs de las Llanas, los pinchos de tortilla rellena del Bellavista... En resumen, la comida. También la seguridad callejera, la tranquilidad en las calles con poco ruido, el poder pasear de noche tranquila. Bogotá es una ciudad peligrosa de noche".
Se plantea su futuro a corto plazo, y este pasa por "seguir trabajando en este mismo ámbito, sobre todo orientado a las empresas y la vulneración de los derechos humanos que llevan a cabo, que no se conocen y que quedan completamente impunes", afirma.
Naiara Martínez sueña con un mundo más justo y humano, y pone su granito de arena para ello en primera línea. Estar ya es sumar.
POR ENCIMA
Brigadas Internacionales de Paz (Peace Brigades International, PBI) es una organización no gubernamental e independiente que trabaja desde 1981 para la protección de los derechos humanos y la resolución de conflictos a través de la no violencia. Envía observadores internacionales para ser testigos en regiones en conflicto. Los voluntarios protegen con su acompañamiento a amenazados de muerte o secuestro. Naiara Martínez remarca que ellos son "constructores de paz y protectores también del medio ambiente", con gran respaldo internacional y redes de apoyo. "Estoy muy feliz de haber encontrado un lugar en el que los ciudadanos son la base", concluye.
Si vives en el extranjero (o conoces a alguien que lo haga) y te apetece contar esa historia, contacta con mserrano@diariodeburgos.es