El crítico y presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Fernando Méndez-Leite, salió el sábado al escenario en el que se entregaron los Goya, bromeando sobre su esmoquin y agradeciendo al Ayuntamiento y a la ciudad de Granada la acogida. Tanto elogió, tan bien se sentía, que acabó por afirmar que «nos iremos con las maletas preparadas para volver en 2031, cuando Granada haya alcanzado la condición de capital europea de la cultura». ¿Cómo? Casi 700 kilómetros al norte no hubo tantos aplausos para el portavoz del cine español y, aunque los impulsores de la candidatura burgalesa a esa misma distinción restan importancia a la anécdota, aclaran que, mal que le pese a Méndez-Leite, el 2031 será burgalés.

«Hasta ese momento habrá muchas declaraciones a favor y en contra de cada uno de los postulantes», comentaba ayer a mediodía la portavoz del equipo de Gobierno y presidenta de ProBurgos, Andrea Ballesteros, destacando que «lo que nosotros hacemos es seguir trabajando por nuestra candidatura, que creemos que es y va a ser la mejor».

Así, Ballesteros consideró que el discurso del presidente y representante de toda la industria cinematográfica española ha de tomarse como revulsivo y no como un respaldo al que dar pábulo. Una determinación compartida por el exalcalde y portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Daniel de la Rosa, quien cree que Méndez-Leite, «se podía haber ahorrado» el apoyo a Granada, «porque no está bien que una institución que representa al cine español se signifique tanto», pero incidió en que «no influye absolutamente en nada».

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