San Juan Bautista es el único barrio de la ciudad que no cuenta con un centro municipal para el desarrollo de actividades de ocio o formativas a pesar de estar en plena expansión. El Estado cedió al Ayuntamiento un edificio de su propiedad, situado en la calle Costa Rica número 58 y el área de Patrimonio Municipal redactó un proyecto para la adecuación de las instalaciones en centro social y cultural, con un presupuesto de medio millón en el mandato anterior.
Sin embargo, el actual equipo de Gobierno va a aparcar por el momento este proyecto al considerar que esta dotación no tiene espacio suficiente para atender las necesidades y la imposibilidad de hacer accesible la segunda planta y apuesta por levantar una construcción prefabricada en una parcela de 8.000 metros cuadrados situada en la calle Mar de Plata en la que también se construiría un aparcamiento. La decisión se trasladó a los vecinos en la última reunión de la Junta del Distrito Este y logró el total respaldo al considerar que es una mejor solución al contar con más metros que la propuesta inicial, según aseguró Blanca Delia González, de la peña los sanjuanes y miembro de la junta de distrito.
Según se detalló, el presupuesto inicial rondaría los 300.000 euros aunque se incrementará. «Pensamos que es una mejor solución y se ganarían más espacios, además el aparcamiento es necesario».
Y es que las instalaciones de la calle Costa Rica no se encuentran en las mejores condiciones de conservación y la actuación sería integral. Para empezar hay que cambiar la cubierta al encontrarse en mal estado, lo que ha provocado la aparición de humedades. También sería necesaria una importante intervención para eliminar las numerosas barreras arquitectónicas.
Para acceder a la planta baja hay que salvar un escalón de 18 centímetros que se debe rebajar a cota cero para hacerla totalmente accesible, lo que no se conseguirá en la primera planta a la que se seguirá accediendo por una escalera al no haber hueco para instalar un ascensor. Además, habría que tirar la escalera por la que se sube a la primera planta y sustituirla por otra. «Es cierto que igual es un querer y no poder y lo mejor es tirarlo, dado que no tiene protección», añadió.
De este modo, el equipo de Gobierno quiere repensar el proyecto e, incluso, podría barajarse la demolición para hacer una nueva construcción.