Los mantenedores de una plantación de marihuana en una nave de Castrillo del Val han sido imputado nuevamente, esta vez por defraudación de fluido eléctrico. Una investigación llevada a cabo por la Guardia Civil ha encontrado en el enclave un sofisticado sistema para ocultar los grandes consumos que originaba.
La operación contra el tráfico de drogas de EDOA de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Burgos acabó el 25 de junio con el desmantelamiento de un laboratorio bajo techo con 500 plantas de cannabis sativa y diversos material para el cultivo y procesado de la droga.
Una vez realizada la detención de los responsables, técnicos especialistas de la compañía eléctrica suministradora analizaron el sistema eléctrico de la nave a petición de la propia Guardia Civil. Allí pudieron comprobar la implantación de un mecanismo que permitía eludir el elevado consumo que normalmente conllevan estos laboratorios. De esta manera, además de reducir la factura, se dificultaba la investigación policial ante posibles sospechas.
Esta petición por parte de la Guardia Civil se produjo al comprobar que uno de los encausados tenía nociones, laboralmente reconocidas, de electricidad, lo que les hacía sospechar de un posible 'puenteado' de la instalación eléctrica.
Así, la Guardia Civil imputa a los detenidos un delito de defraudación de fluido eléctrico que sumar al de tráfico de drogas y la compañía les solicita una deuda de 28.900 euros.