El número de viajeros y de pernoctaciones ha crecido durante este verano en la provincia respecto al estío del año pasado. Según datos ofrecidos por el Observatorio Turístico de Castilla y León han pasado la noche en los alojamientos rurales 10.696 personas más que en el 2023. Entre junio, julio y agosto se han registrado 111.091 frente a los 100.395 del verano pasado. En relación al número total de turistas en los pueblos también han aumentado en 10.495, pasando de los 52.700 a los 63.195.
De los datos aportados por la Junta de Castilla y León se extrae que el incremento en las pernoctaciones se debe en gran parte al crecimiento del turismo extranjero, ya que ha habido 6.015 más que en el verano del 2023, frente a los 4.681 más de nacionales. También hay diferencia en la época que eligen los turistas extranjeros y nacionales para visitar la provincia.Siempre según los datos de la Junta, el primer grupo prefiere tanto para viajar como para dormir en nuestros pueblos el mes de junio, mientras el segundo lo hace más masivamente a lo largo del mes de agosto.
Estos datos se traducen también en porcentajes más altos en cuanto a la ocupación de los alojamientos rurales este verano frente al anterior. En junio se ha pasado de un 19,46% a un 22,41% (2,95% más); en julio, de 20,75% a 21,63% (0,88% más); y en agosto de 32,75% a 36,77% (4,02% más).
Por el contrario, se ha reducido con respecto al año pasado la estancia media en los alojamientos rurales. En todos los meses del verano ha descendido, aunque muy ligeramente: en junio, de 1,53 días de media ha pasado a 1,45; en julio, de 1,82 a 1,59; y en agosto, de 2,29 a 2,14.
Desde la Asociación de Turismo Rural de la Provincia de Burgos (Turalbur) aseguran que el 70% de sus asociados (54 casas rurales) mantienen que este verano ha sido igual o peor que el del año pasado. Las cifras que aportan desde este colectivo son de una ocupación del 30% en julio de este año frente al 34,55% del mismo mes del año pasado. Respecto a agosto, ha subido ligeramente, de 58,73% en el 2023 al 60% este año.
Entre mejor y muy flojo. En relación a estos datos oficiales, algunas casas rurales de la provincia van en su misma línea, pero otras difieren de los mismos. María José Gómez Sanz, de La Casa Aldea del Pinar, se mostraba satisfecha «de la alta ocupación» de su establecimiento, no solo durante el estío, sino a lo largo de todo el año. «Desde que hicimos la piscina hemos ganado en cuanto a reservas», cuenta la mujer, que gestiona esta casa en Aldea del Pinar desde hace 12 años. Los meses de agosto de los últimos 4 verano ha tenido reservada la casa entera y el resto de meses casi todos los fines de semana y puentes. «En junio y agosto también hay semanas enteras que está alquilada», mantiene la propietario, que asegura que muchos de sus clientes repiten. «Es un sector en el que funciona mucho el boca a boca».
«Similar al del año pasado» y sin reconocer ese incremento que recoge la Junta, aseguran que ha sido este verano desde una casa rural de Amaya. «Más o menos igual que el anterior. La hemos tenido ocupada casi todos los fines de semana y algún día entre semana», comenta su dueña, que abrió su casa hace 25 años. Por el contrario, en Casa Rural Hacienda Montorio califican este último verano como muy flojo. «En julio hubo muy pocas reservas, ni siquiera los fines de semana», comenta su dueña, que dice, que sin embargo, en septiembre tuvieron una estancia de 12 días.
En Ibeas de Juarros, Rubén Ureta asegura estar «encantado» con su Casa Rural Camino Blanco, que abrió hace dos años, en septiembre de 2022. «El verano pasado fue bueno y este ha sido mejor», reconoce el propietario, quien asegura que su alojamiento se encuentra ocupado prácticamente todos los fines de semana del año y puentes, incluso tiene ya cerrada una reserva de 15 días para julio del 2025 desde hace unas semanas, con motivo de la las Olimpiadas de Danza en la capital. Respecto a este verano, dice que agosto la ha tenido ocupada al 100% y que en julio también ha habido reservas entre semana.
Este ha sido el primer verano de Yessica Sagredo Gallo al frente de su negocio, el Lagar del Altillo, en Revilla Vallejera. Arrancó en Semana Santa, y aunque no puede comparar con otros años, afirma que junio estuvo más flojo. «El resto de meses estoy alquilando una media de entre dos y tres fines de semana», reconoce la emprendedora, que confían en que los comentarios de sus clientes le reporte nuevos inquilinos. También cuenta que por lo que le han comentado los dueños de otras casas este no ha sido un «verano muy boyante».