El mapa de la destrucción de empleo en la provincia de Burgos tiene múltiples colores. Hay localidades, sobre todo las grandes, que se reflejan en un rojo muy fuerte, producto de un incremento del desempleo que en ocasiones supera el 50%. Otras podrían figurar en naranja, porque la crisis se ha cebado menos con ellas. Algunas más en amarillo, pues su nivel de paro sobrevive mejor a los vaivenes de la economía. Y otras directamente en verde, porque pese al mal momento han logrado incrementar su población trabajadora.
57 municipios de la provincia de Burgos, un 15% del total, tiene en la actualidad un número de afiliados a la Seguridad Social superior al que tenían en el mes de abril del año 2008, antes de que la coyuntura económica se diera completamente la vuelta. Esta estadística recoge la evolución del trabajo según la ubicación de la empresa y no la de la residencia de los propios trabajadores.
Dada la atomización de las localidades de la provincia, en muchos casos la variación es mínima cuantitativamente. Puede suceder, sin embargo, que ganar o perder dos trabajadores suponga un alto porcentaje en el caso de los municipios con muy pocos afiliados. De hecho, 41 pueblos tienen menos de 5 dados de alta en la Seguridad Social. Pero en otros casos hay crecimientos importantes con un buen puñado de novedades que incluso sorprenden a sus propios alcaldes.
Es el caso, por ejemplo, de Bugedo, una pequeña población situada en las cercanías de Miranda de Ebro. Allí su alcalde, Juan Manuel Ramos Avellaneda, no se explica de qué manera su pueblo ha podido pasar de 28 a 40 afiliados en la Seguridad Social. Una parte se debe, eso sí, a la subida en el número de autónomos. Ramos recuerda que recientemente han puesto en marcha sus propios negocios gente vinculada a la hostelería, que incluso tienen establecimiento en Miranda, al transporte o un obrador. Durante este tiempo, además, el Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo por contratar a gente aunque en la actualidad ya no están dados de alta.
Es curioso también el caso de Frandovínez, porcentualmente el municipio donde más crecimiento hay de toda la provincia. Después de varios años en torno a los 11 afiliados a la Seguridad Social, repentinamente en el mes de noviembre surgieron más de 30 en el capítulo de «régimen general», donde se ubican la mayoría de los trabajadores por cuenta ajena. El regidor de la localidad, Jacinto Puente, asegura que ninguna empresa se ha instalado allí en este tiempo y solo se explica la subida vinculada a las empresas que muy cerca del pueblo han estado trabajando en las obras del tren de alta velocidad. Los trabajos, por cierto, están parados desde hace unos días así que esos empleados quizás desaparezcan en la próxima actualización estadística.
Arcos de la Llana, municipio del alfoz de Burgos, también ha visto elevarse su número de trabajadores en activo desde los 117 hasta los 156. El alcalde de la localidad, Jesús María Sendino, también se muestra gratamente sorprendido por este crecimiento y lo achaca al surgimiento de pequeños autónomos vinculados con los polígonos industriales de los cercanos Villariezo o Villagonzalo Pedernales. Al calor de su actividad industrial en Arcos se han instalado gente que se compró allí su vivienda por ser más barata que la capital y que ahora se dedican a la pequeña construcción, el transporte o incluso pequeños negocios como una peluquería de reciente apertura.
el balance es pesimista. Más allá de estos casos excepcionales, la tónica general de afiliación en la provincia ha ido claramente a la baja en los últimos seis años. En concreto, y siempre tomando como referencia la estadística mensual de los meses de abril, entre 2008 y 2014 se han perdido en todo el territorio burgalés más de 23.329 altas en la Seguridad Social, un 14,79 por ciento respecto a los 157.697 trabajadores en activo que había antes de que se iniciara la crisis.
De los que quedan ahora casi 29.000 son autónomos y 101.530 empleados del régimen general. Además hay más de 1.100 del régimen agrario y poco más de 3.000 del apartado «empleados del hogar». Ninguno cotiza en los epígrafes de los sectores especiales de «mar» o de «carbón».
Las principales localidades, a la baja
Todas las principales localidades de la provincia destruyen empleo, aunque en proporciones muy distintas dependiendo de cada una de ellas. En concreto, Melgar de Fernamental es la es la que resulta peor parada con una pérdida de altas en la Seguridad Social del 23,31 por ciento. Briviesca le sigue de cerca con un 22,5% en los últimos seis ejercicios, casi lo mismo que el 22,27% de bajada en Villagonzalo Pedernales, aparentemente castigada por el cierre de empresas de su polígono. Tras ellas se sitúa Villarcayo con un 21,9% y Miranda de Ebro, con una bajada del 20,3%.
Medina de Pomar cae casi 18 puntos, y en ella destaca además el altísimo número de autónomos, pues son casi la mitad de los 1.675 afiliados. Salas de los Infantes también destaca por el peso de este tipo de empleo, pero solo pierde un 2,42% de altas desde 2008. El Valle de Mena pierde casi un 18% de sus activos.
Por su parte Aranda de Duero cae un 12% y Burgos capital presenta un dato ligeramente peor con un 13,5%.