No hay tiempo que perder en el proceso de preparación y definición del grado de Medicina que impartirá la Universidad de Burgos en el curso 2026-2027, una vez que recibió el pasado miércoles el plácet de la Junta tras el consenso alcanzado entre las instituciones académicas públicas de la región. Al margen de inversiones que aún están por determinar, el trabajo se encuentra avanzado en algunos aspectos y un ejemplo son las estimaciones iniciales realizadas respecto al volumen de personas que movilizarán estos estudios cuando se encuentren a pleno rendimiento, es decir con sexto curso operativo, y que permiten aproximarse a un impacto que también se traducirá con el tiempo en términos económicos.
Las cifras globales que maneja la academia burgalesa sitúan en más de 700 las personas que atraerá esta titulación. Un dato del que se parte teniendo en cuenta el número de plazas previstas que se ofertarán y que aún no se encuentra cerrado, de la plantilla docente requerida en función de ese volumen y de demás profesionales necesarios para el funcionamiento de las instalaciones que la acojan. Eso en cuanto al personal vinculado de forma directa a la carrera, ya que habría que añadir los empleos indirectos que se requerirán en aquellos servicios cuyo funcionamiento se contrata con empresas a través de concursos públicos, tales como la limpieza, vigilancia y seguridad, que también se tendrán que ver reforzados.
Las futuras aulas que se habilitarán para este fin superarán los 500 alumnos, debido a que a las 80 vacantes planteadas para primero de grado, que suponen 480 estudiantes en los seis cursos, las universidades pueden aplicar, según recoge la ley, un incremento del 10% en el número de admitidos para organizar el proceso de matriculación y que no quede ningún puesto sin cubrir, máxime con la demanda que arrastran estas enseñanzas superiores. Todo ello sin descartar que la Universidad de Burgos se plantee elevar esa oferta inicial en un horizonte temporal que por el momento se ve todavía a largo plazo.
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