El Ayuntamiento está decidido a controlar el «problema» que supone la proliferación de palomas torcaces en el casco urbano. Si bien desde la Concejalía de Medio Ambiente recalcan que no se ha percibido un nuevo crecimiento de la población en los últimos meses, los excrementos de esta especie dejan su huella a diario en aceras, fachadas, mobiliario urbano y coches en varios puntos de la ciudad.
La tarea no resulta sencilla. Así como el control de la paloma bravía -la más numerosa- ofrece diversas alternativas efectivas, las torcaces son más escurridizas y tienen un comportamiento diferente que obliga a buscar otras soluciones para mantenerlas a raya e impedir su proliferación descontrolada. Son aves rurales con una presencia cada vez mayor en las ciudades y eluden las técnicas utilizadas por el servicio de control de plagas.
Ni las redes ni las jaulas usadas en otros casos resultan efectivas contra este tipo de ave. El Ayuntamiento ha barajado la posibilidad de usar otras herramientas como los ahuyentadores, pero Medio Ambiente considera que esta medida solo serviría para trasladar el problema de un punto a otro de la capital porque las palomas buscarían un nuevo lugar en el que asentarse. También se ha descartado la poda de los árboles convertidos en refugios habituales porque la experiencia protagonizada por otras ciudades no fue positiva.
De esta forma, la administración local da los primeros pasos para desarrollar un plan de control de las torcaces en el que se recurrirá a cazadores. El Ayuntamiento trabaja en este momento en localizar las fincas en las que esta especie rural suele buscar alimento y tramitará los permisos necesarios tanto con los propietarios de las tierras como con la Junta de Castilla y León para desarrollar esta actuación. «Lo vamos a intentar. Lo han hecho en otras ciudades y vamos a ver si tenemos éxito», avanza el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, después de analizar las diferentes opciones planteadas.
El objetivo del área municipal responsable es iniciar este plan este mismo año para minimizar el impacto negativo de esta ave en la ciudad. No es la única especie que crea este problema de salud pública, pero sí es la que más preocupa por las particulares características de estas palomas.
El Servicio de Sanidad y Medio Ambiente ha aumentado un 40% la captura de la paloma bravía hasta alcanzar los 2.700 ejemplares al año. En estos casos la acción de la brigada municipal y los requerimientos vecinales ayudan a controlar su presencia en edificios abandonados o en patios.
Félix Rodríguez de la Fuente, Reyes Católicos, el G-3, el paseo del Espolón, Capitanía, la barriada Inmaculada, La Puebla, las plazas de la Libertad, la Flora, Mayor, Virgen del Manzano o Pedro Maldonado, así como las calles San Lesmes, Málaga, San Agustín, Averroes o Diego Luis de San Vitores son los principales puntos donde se produce la captura de palomas 'domésticas'.
Mientras, los estorninos se han asentado en el polígono del Vena -sobre todo en los lados que dan a la avenida de Castilla y León- y los vecinos ya han mostrado su malestar por la suciedad y el ruido que generan, reclamando el uso de ahuyentadores. En este caso, Medio Ambiente considera que se trata de un caso estacional en el que basta con un mayor control de la limpieza diaria para eliminar los excrementos acumulados.
Más de cien especies de aves habitan el Arlanzón en su paso por la ciudad, pero la presencia de alguna de ellas resulta especialmente molesta e insalubre. Ciudades como Valladolid, Huesca o Zaragoza también se han encontrado con este problema de difícil solución, sobre todo en la cuestión relacionada con las torcaces.
El concejal de esta área en el Ayuntamiento de Burgos, Carlos Niño, se desplazó a Madrid el pasado 25 de abril para recoger la máxima distinción concedida por la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel) a las entidades locales por la gestión en la recogida selectiva de papel y cartón. En dicho encuentro los ediles de varios municipios pusieron en común el problema de las torcaces. «Es algo difícil de controlar y gestionar. Vamos a probar lo que han hecho en otros sitios», explica el concejal.