El centro cultural de Fresnillo de las Dueñas fue un continuo ir y venir de candidatos a un empleo, que llegaban en grupos organizados o de manera individual a la II Feria de Empleo y Emprendimiento, organizada por la ADRI Ribera del Duero Burgalesa en colaboración con Sodebur. Las cifras de esta experiencia, en la que se dieron cita en un mismo espacio 17 empresas o agencias de empleo de Aranda y la comarca, hablan por sí solas. «Este año se han presentado en torno a 700 currículums y las empresas destacan que la calidad era mayor que la del año pasado, con una mayor diversidad de perfiles laborales y que se ajustan muy bien a las demandas que tenían», reconoce a modo de balance inicial el gerente de la ADRI Ribera, Héctor Ibáñez.
Por momentos, el espacio del evento estaba colapsado de gente, entre los que esperaban su turno para poder entregar su currículo y los que atendían a las mesas redondas que se celebraban de forma paralela, con temáticas como las claves de la selección de personal, el emprendimiento, la formación para el mercado laboral y su situación actual, o el empleo para personas con mayores dificultades de acceso a un contrato. «Va por oleadas, el año pasado vino la mayoría de la gente a partir de las 12, pero este año es un goteo constante, con picos de más afluencia», valoraba Ibánez en el transcurso de las cinco horas que duró esta iniciativa.
En el ir y venir de los demandantes de empleo, las empresas pudieron constatar que el mercado ribereño carece de algunos perfiles que ellas necesitan para cubrir vacantes. «Vienen muchos con experiencia y formación, pero que no se adapta a lo que estamos buscando porque, por ejemplo, carecen de formación en prevención de riesgos laborales, algo que es fundamental en nuestro sector», apuntaba Jesús Fernández, director financiero y de recursos humanos de la empresa de construcción Blasgón. «Nos han venido muchas auxiliares de enfermería, que necesitamos para tener bolsa de empleo para cubrir bajas y vacaciones, pero lo que no hay son enfermeras, es lo más difícil de encontrar», remarcaba Laura Encinas, subdirectora de la Residencia Ciudad del Bienestar. El contrapunto positivo lo ponía FAE Asemar, que llevaba una oferta de 50 puestos de trabajo de una serie de empresas asociadas. «Me he llevado una buena sorpresa porque han venido informáticos, que cuesta mucho encontrar y ahora tenemos varios candidatos», avanzaba Isabel Berdón, gerente de la patronal ribereña.
Quienes se sentaban al otro lado de las mesas de las empresas participantes llegaban atraídos por las más de 150 ofertas de trabajo que se daban cita en un solo lugar, de todo tipo y para todo tipo de empleos. El perfil de los candidatos era de lo más variado, con edades desde los 18 hasta los bien entrados 50, con una buena formación en distintos campos y, sobre todo, con ganas de obtener un empleo.
«Hemos traído a nuestros alumnos de los cursos de formación para que empiecen su búsqueda de trabajo, es un lugar donde está todo muy concentrado y en una mañana se logra contactar con muchas empresas», explicaba Ángel Hernando, de Cáritas Aranda, que llegó acompañando a un nutrido grupo de candidatos.
Aunque esta feria era un primer contacto entre demandantes de empleo y empleadores, la sensación que predominaba al salir por la puerta era de esperanza. «A ver si de aquí salgo con un curro», resumía un asistente cruzando los dedos y mirando al cielo al salir.