No puede evitar sentir una íntima emoción cuando se adentra en el recinto en el que todo empezó. Está la tarde calimosa y tórrida. Manuel Ríos camina por el Carex de Atapuerca como si fueran sus dominios; quizás lo haga en este instante metido en el papel de uno de los protagonistas que imaginó en su día haciendo exactamente eso: acceder al interior del centro de arqueología experimental para descubrir con espanto y horror el cuerpo sin vida de una joven. Es espeso el silencio. Al fondo se perfila la sierra, siempre enigmática. Llega Manuel Ríos al punto exacto en el que arranca la historia que primero soñó, después escribió y pronto rodará para el cine. Ahí, en la réplica de un enterramiento en el que aparece una mujer en posición fetal, entre resonancias ancestrales y un sobrecogedor telurismo, el escritor, guionista y cineasta tuvo una revelación, una epifanía. El resultado fue La huella del mal, una novela negra con ecos prehistóricos y un personaje fundamental: Atapuerca. Ahora esta historia va a ser llevada al cine con guion y dirección del propio autor. El rodaje comenzará este próximo mes de agosto.
«Siento mucha emoción», confiesa Ríos junto a la reproducción de la tumba neandertal. Cuando conoció Atapuerca, a finales de los años 90, tuvo una suerte de premonición. «Sentí algo especial; pensé que sobre este lugar podía crear una historia. Años después regresé con mis hijos y fue aquí, cuando uno de ellos tocó a la mujer que está en la tumba, que lo imaginé todo». El autor de La huella del mal se pondrá pronto detrás de una cámara para poner imágenes a lo que antes puso palabras. Confiesa que no ha sido fácil adaptar una novela de casi quinientas páginas a un guion con un centenar, pero está satisfecho, contento. «He trabajado mucho, pero estoy feliz. Ha sido un camino largo y complicado. Quizás sea el proyecto más importante de mi vida, el más personal. Es un sueño rodar esta película y hacerlo aquí, en Atapuerca, un Patrimonio de la Humanidad. Estoy muy agradecido a la Junta y a todos los que integran el Sistema Atapuerca».
Ríos, que visitó el jueves la cuna de Antecessor con parte de su equipo (Aitor Basterretxea, ayudante de dirección; Juana Mula, directora de arte; y Ángel Iguácel, director de fotografía) para ir afinando cuestiones de cara al inminente rodaje, también está encantado con el elenco de actores que dará vida a su historia en la gran pantalla: Blanca Suárez y David Grao en los papeles principales, y Aria Bedmar, Víctor Palmero, Óscar Naderman, Cosimo Fusco, Fernando Cayo, Miguel Rellán o Juanma Cifuentes como secundarios. «Llevaba tiempo sin dirigir y la verdad es que me apetecía muchísimo. He estado más centrado en la escritura. Pero procedo del mundo audiovisual, y me motiva mucho dirigir. Y en un lugar tan especial como Atapuerca... Qué decir».
La Trinchera del Ferrocarril, el Carex y el Museo de la Evolución Humana desempeñarán papeles protagónicos en un thriller que, avanza, «tendrá mucho ritmo, mucha emoción. Va a ser una película intensa porque en ella pasan cosas fuertes, primitivas. No será una película de grises, sino de blancos y negros, muy potente, con mucha energía. Y muy ancestral: la prehistoria no sólo es un fondo; también está en los personajes, en la propia historia, que tendrá toda la magia y toda la violencia de aquella época». Acompañados por Rodrigo Alonso, coordinador del MEH y un divulgador de primera, Ríos y su equipo van deteniéndose en puntos concretos del Carex; intercambian pareceres sobre ubicaciones, sobre la luz, sobre la aparición de determinados personajes en las escenas que se rodarán en este espacio. «Probablemente el coche de los policías se pare ahí -dice Ríos, señalando un punto- y por aquí entrará Blanca para llegar al lugar en el que se encuentra el cadáver».
Promete Manuel Ríos un filme policiaco -género que abunda- diferente a todos. «Llamar la atención es difícil. Pero creo que tanto la novela como la película tienen la originalidad de Atapuerca, de la prehistoria. Eso hace esta historia diferente. Creo que no hay ningún thriller inspirado en esta época». El rodaje moverá a alrededor de un centenar de personas durante varias semanas. «Va a ser un rodaje largo, de unos dos meses. Es una película cara y complicada. Pero lo tengo todo para hacer un buen trabajo». Rodrigo Alonso, que es el mejor cicerone posible de los secretos de Atapuerca y que lo mismo explica un ritual funerario que aclara al equipo cuestiones de logística para cuando llegue el momento del rodaje, cree que la película contribuirá a universalizar aún más los yacimientos y el MEH. «Se han hecho trabajos documentales, pero no de ficción. Estamos ilusionados con este proyecto», dice.
Un éxito asegurado. La productora Charito Films está al frente de este proyecto cinematográfico en coproducción con la productora alemana Nadcom y con la participación de RTVE, Netflix y ZDF. Casi nada. Espera Manuel Ríos con ilusión el inicio del rodaje. Tiene confianza plena en la historia, cuya sinopsis es antoja imbatible para que sea un éxito seguro: 'Durante la visita guiada de un colegio al Centro de Arqueología Experimental de Atapuerca, unos chavales encuentran el cuerpo de una joven en el lugar donde debería estar la réplica de un enterramiento neandertal. La joven es Eva Santos, una chica del pueblo cercano de Atapuerca, y está muerta. Su cuerpo está desnudo y colocado en posición fetal. Un espeluznante crimen ritual que recuerda a otro ocurrido hace seis años en la misma zona. ¿Habrá regresado el 'asesino del yacimiento', que consiguió escapar hace seis años?'.