La ansiada apertura de puertas de la estructura provisional permite al Ayuntamiento centrarse en la segunda de las tres cuestiones fundamentales que rodean al Mercado Norte y a su futuro. El próximo objetivo es el desmantelamiento y derribo de la vieja dotación. La tercera fase, la más compleja, es la construcción del nuevo edificio. Una apuesta que aún tendrá que esperar con un horizonte tan lejano como difuso en este momento.
El área de Urbanismo tiene claro que dosificará sus esfuerzos y afrontará los desafíos de uno en uno. La atención hoy se centra en que la actividad en la carpa temporal se desarrolle a pleno rendimiento y con total normalidad, aunque en el uno de Plaza Mayor ya miran de reojo los avances de la licitación del derribo del antiguo mercado.
Lejos queda la previsión inicial realizada por la administración local al comienzo de año, aquella que pretendía cerrar el Mercado Norte el 15 de julio para iniciar su derribo en el mes de septiembre. La realidad dice que hubo que esperar hasta el 17 de octubre para iniciar una nueva etapa en la estructura provisional y no será hasta después de las fechas navideñas o ya en el comienzo del próximo ejercicio cuando las máquinas reduzcan a polvo y recuerdos la vetusta dotación.
Las fechas manejadas hoy para el inicio de los trabajos no son las mejores, ya que los primeros pasos del derribo coincidirán de lleno con la campaña comercial de Navidad. Un inconveniente asumido ahora tanto por las circunstancias encontradas en el camino en los últimos meses como por los plazos que se contemplan en el proceso administrativo abierto para adjudicar y ejecutar las obras previstas en este céntrico enclave.
El 26 de septiembre comenzó un proceso de licitación que avanza paso a paso. El plazo para presentar ofertas finalizó el pasado miércoles día 16, con el objetivo de que las obras estén adjudicadas en la primera quincena de noviembre. A partir de ese momento se pondrán en marcha los protocolos previos al inicio de los trabajos en una cuenta atrás que culminará con el comienzo del desmantelamiento del mercado de abastos clausurado el pasado 11 de octubre.
El contratista dispondrá de un mes para completar la documentación y firmar el acta de replanteo, además de tramitar el plan de seguridad y salud. El esperado derribo del Mercado Norte entrará de lleno en el mes diciembre, un momento especialmente delicado para iniciar una intervención de este calado en pleno corazón de la ciudad. El área de Urbanismo pretende evitar el apogeo de la campaña navideña y causar el menor trastorno posible a los ciudadanos en unas fechas tan especiales como complejas, por lo que la vista se fija a partir del 1 de enero.
A la espera de concretar en las próximas semanas la fecha concreta del inicio de las tareas sobre el terreno, el Ayuntamiento se remite a los pasos naturales del procedimiento abierto después de asegurarse dos objetivos complementarios. De un lado, consigue que el edificio del Mercado Norte no corra la misma suerte que otras dotaciones varadas como el Peña Amaya, víctima del vandalismo y un riesgo para aquellos que aún transitan por sus dependencias. De otro lado, la administración local amarra la inyección económica procedente de la Junta de Castilla y León para esta tarea, un apoyo condicionado a que el proyecto del derribo estuviera en marcha antes de que finalice el ejercicio en curso.
Cuatro fases. Los trabajos contarán con un plazo de ejecución de cuatro meses para borrar del mapa el emblemático edificio de 15 metros de altura. Las labores de derribo se dividirán también en cuatro fases y para garantizar la seguridad de los viandantes se levantará un muro perimetral que durante las primeras semanas será móvil. Además, no se descartan desvíos peatonales de forma puntual mientras duren los trabajos.
Desde el primer momento quedará inutilizada la zona de estacionamiento regulado de Hortelanos, una circunstancia ya asumida desde hace meses y que eliminará un centenar de plazas de aparcamiento en superficie en el centro de la ciudad. Allí se habilitarán sendos espacios reservados para el acopio de materiales.
Tras las actuaciones previas y una segunda fase de desmontaje manual que comprende la eliminación de las instalaciones y el desamiantado comenzará la demolición mecánica del característico soportal perimetral. Entonces se levantará el muro de fábrica definitivo para iniciar el derribo de la instalación.
El posterior balizamiento de seguridad del solar marcará ya entrada la primavera de 2025 el final de los trabajos e iniciará una larga cuenta atrás antes de que las máquinas regresen para iniciar la construcción del nuevo edificio.