La mayor parte de la criminalidad que hay en la provincia son delitos comunes y menores, como robos, hurtos y riñas tumultuarias que, normalmente, no suelen acarrear más que lesiones menores. Pero, de vez en cuando, ocurren tragedias. Muertes violentas que golpean la tranquilidad que habitualmente reina en Burgos. Es muy extraño que en las últimas décadas se superen los dos o tres homicidios. Mucho menos tras la pandemia, cuando incluso ha habido años en los que no hemos lamentado ninguno. Sin embargo, este 2024 está siendo el peor del lustro, pues tras el crimen del Crucero ya son tres los ocurridos, uno en Aranda y dos en la capital.
El primero se produjo el pasado 18 de febrero en la plaza Huerto del Rey. Sergio Delgado, vallisoletano de 32 años, se encontraba en la ciudad celebrando una despedida de soltero. En un momento de la noche, se desplomó y sufrió un fuerte golpe en la cabeza. Sus amigos llamaron al 112, pero los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvar su vida. Tras practicarle la autopsia, los investigadores se percataron de que antes de caer al firme de La Flora, lo que finalmente causó su deceso, había recibido un puñetazo en la nariz. Horas después, detuvieron a un joven de 23 años, J.L.N.I., como presunto autor de esta fatal agresión.
Tras las pesquisas practicadas, los agentes de la Comisaría Provincial pudieron reconstruir los momentos previos a este triste desenlace. Al parecer, víctima y agresor coincidieron en el exterior del Madame Kalalu sobre las 4 de la madrugada. Según algunos testigos, en un momento de la conversación J.L.N.I. preguntó a Sergio si era de «Pucela». Tras esto, le propinó un puñetazo en el rostro que le hizo caer al suelo con las consecuencias ya narradas.
Familiares de Sergio Delgado en una manifestación en Madrid. - Foto: EFEEl segundo de los crímenes ocurrió hace apenas un mes en Aranda de Duero. Un hombre de 44 años apuñaló varias veces a su suegro, Valentín López, muy cerca del domicilio de este último, en el barrio de la Estación. Al parecer, esa misma mañana la pareja del presunto homicida interpuso contra él una denuncia por malos tratos.
Tras la mortal agresión, se dio a la fuga. Una huida que duró alrededor de 24 horas después de una concienzuda persecución policial que les llevó a la provincia de Segovia. En el momento de la detención, el hombre se mostró extremadamente agresivo, golpeó a tres agentes y tuvo que ser reducido con una táser.
El pasado martes, la capital burgalesa volvió a levantarse con otra trágica noticia ocurrida esa misma madrugada. En un domicilio de la calle Ruiz de Alarcón, en el barrio del Crucero, un hombre de 55 años apuñaló con un cuchillo a su compañero de piso, Luis A.F.T., de 56, quien falleció minutos después en el Hospital Universitario.
Los servicios de emergencias recibieron un aviso sobre la 1 de la madrugada en el que se informaba de la agresión, al parecer motivada por un perro. Tras entrevistarse con el único testigo del ataque, una patrulla de la Policía Local localizó en las inmediaciones del lugar de los hechos a Óscar S.U., alias 'Pistolas', que portaba un cuchillo de cocina de 11 centímetros de hoja y unas llaves de un coche robado.
Sobre el presunto homicida pesaba una orden de detención del juzgado para que cumpliese una condena de cárcel por un intento de apuñalamiento en 2020.