El presupuesto que la Gerencia Regional de Salud (Sacyl) tiene que dedicar en Burgos a la compra de psicofármacos se ha incrementado un 4% en los últimos cuatro años, al pasar de un importe de algo más de 11 millones a casi 11,5 millones anuales. Ahora bien, el alza del gasto no es uniforme y dentro de este grupo de medicamentos hay divergencias. De hecho, el gasto en antipsicóticos se ha reducido en un 2%, pero ha subido en los ansiolíticos (un tipo de tranquilizantes, 4,1%), en los sedantes (15,4%) y en los antidepresivos (11,5%).
La Consejería de Sanidad ha informado en las Cortes, en contestación a preguntas de varios procuradores del PSOE, entre ellos el burgalés Jesús Puente, de la evolución de la atención psiquiátrica desde el comienzo de la pandemia, en el 2020, hasta ahora. Y lo ha hecho con detalle, poniendo cifras concretas que, en lo relativo a las consultas, tampoco son homogéneas. Es decir, la información oficial constata lo que tantas veces han comentado psiquiatras y otros especialistas: que hay más actividad. En la Unidad de Agudos de Burgos, en concreto, se trató en el 2022 y 2023 a cien personas más que en el primer año de crisis sanitaria: de 807 a 911, siempre según la información de Sacyl.
Y en las primeras visitas con el especialista sucede otro tanto: han aumentado en un 35,5%, al pasar de las 4.010 del 2020 (cuando Psiquiatría no dejó de atender ni de ver pacientes, según palabras del entonces jefe de servicio del HUBU, Jesús de la Gándara) a las 5.436 que se registraron en el 2023. Es decir, 1.426 nuevos pacientes tratados de forma ambulatoria en toda la provincia.
Pero, en cambio, esta subida no se replica en el apartado de revisiones, en el que se produce descenso con respecto al primer año de pandemia. En cifras globales, en el 2023 se pasaron en todo Burgos 23.380 consultas sucesivas, lo cual supone un descenso del 15% en comparación con las 33.099 del 2020. Esto es, 4.719 visitas menos que en el año en el que la crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2 motivó el confinamiento domiciliario estricto durante dos meses y algo flexibilizado a partir de mediados de mayo. Pero esta decisión, sumada al miedo, produjo un incremento de la demanda de atención psiquiátrica que se mantiene.
Antipsicóticos. Y, por lo tanto, también se mantiene el consumo de psicofármacos prescritos y financiados por la sanidad pública. En este sentido, y siempre según información oficial, el grupo de productos en el que más se invierte es en el de los antipsicóticos: 5,9 millones al año solo en Burgos, donde se registró en 2023 un descenso del gasto del 2%.
El siguiente gran bloque es el de los antidepresivos, con una partida de 4,6 millones al año (el mayor importe desde el 2020). Ya de lejos siguen los ansiolíticos, con 571.033 euros de inversión (4% más que en el 2020) y los sedantes, con 312.800 euros (cifra máxima desde el 2020).