Las empresas burgalesas continúan recurriendo -y cada vez con más asiduidad- a la fórmula de la suspensión temporal de empleos, los ERTE, para prevenir posibles situaciones de caídas de producción y pedidos. La última en abrir una negociación con los trabajadores y los sindicatos al respecto ha sido Rubiera, la fábrica de prefabricados de hormigón ubicada en Quintanaortuño, que ha solicitado hasta 30 días de suspensión entre mediados de agosto y finales del mes de noviembre.

La medida, según detalla el sindicato UGT, participante en este proceso, se solicita para la mano de obra directa, en torno a sesenta trabajadores de los 94 a los que da empleo esta empresa. Su fundamento, según explica, se basa en la llegada de grandes pedidos que den empleo a toda la plantilla, algo que no ha ocurrido en los últimos tiempos y que incluso ha obligado a anticipar y acompasar las vacaciones del personal a la carga de actividad de la empresa.

Al parecer, esta flexibilidad ya no es suficiente y por ello se convocó a los representantes de los trabajadores esta semana para negociar un ERTE y prevenir posibles parones en el trabajo, especialmente, durante el presente mes y agosto.

UGT recuerda que la empresa ya recurrió a esta fórmula hace dos años y, finalmente, no hizo uso de ninguna de las jornadas de suspensión que solicitó (...).

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