Inés Praga

Esta boca es mía

Inés Praga


Un trovador en la UBU

16/06/2024

Siempre que hay un acto importante, el Hospital del Rey luce esplendoroso con la belleza y la solemnidad de la piedra centenaria. Y así lució el pasado jueves, cuando Joan Manuel Serrat fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos. Los 30 años de la institución, que se cumplen ahora, no podían tener mejor regalo que la presencia del trovador de las grandes y pequeñas cosas de esta España nuestra. A él debemos una asombrosa cartografía del corazón humano, fruto de su gran talento y su enorme conocimiento, porque él mismo se definió como parte de una cadena de saberes que van desde la cultura popular a los clásicos. Serrat ha cantado y contado para la posteridad lo que sentimos, pensamos y soñamos, y lo ha hecho con el alma de un poeta, el oficio de un músico, la hondura de un filósofo y la magia de un zahorí que descubre manantiales de vivencias ocultas.

Pocas veces he visto en una ceremonia académica tanta emoción y una ovación tan larga y clamorosa, con el público puesto en pie como en los grandes conciertos. La brillante laudatio del padrino, Ignacio Fernández de Mata, abrió paso a un Serrat que recibió los atributos doctorales con la cabeza alta y la mirada limpia, en armonía con una vida digna y coherente como es la suya. Y cuando agradeció la distinción sonó cercano, auténtico, defendiendo el conocimiento y los valores morales como llave para un mundo mejor. Personas así iluminan y ensanchan el horizonte de una universidad y es un orgullo tener su nombre en nuestros muros y en nuestro libro de oro.

Serrat ha venido a Burgos 40 años después de cantar que «hace veinte años que tengo 20 años»; y esa parece ser todavía la edad del trovador al visitar la UBU, la universidad más joven pero mejor valorada de Castilla y León según el U-Ranking 2024, que también la coloca en el cuarto escalafón nacional. Los más viejos recordamos con emoción los comienzos del Colegio Universitario en la década de los 70, cuando derrochábamos juventud y entusiasmo y luchábamos por la democracia. Serrat siempre estuvo en nuestra larga andadura hacia la madurez y consolidación académica, y con él coreamos y aprendimos el sabio lema del verso machadiano, se hace camino al andar

Querido Nano, esta vez el gusto ha sido nuestro. Gracias por tantas lecciones de amor, ingenio y coraje.