La portavoz del equipo de Gobierno, Andrea Ballesteros, reconoció ayer que el trabajo que han venido realizando estos años con los inmigrantes las entidades Burgos Acoge, Accem, Atalaya y Cáritas, a través de los convenios de colaboración suscritos con el Ayuntamiento, no es prescindible y tendrá, necesariamente, «un impacto negativo» en la Gerencia de Servicios Sociales que ella misma preside. Básicamente porque el acuerdo marco que existe con la Junta de Castilla y León, según precisó, impide la contratación de más trabajadores sociales que pudieran asumir la labor que desarrollan estas entidades y, por tanto, esta faena recaerá sobre unos empleados municipales que no están precisamente descargados de responsabilidades.
Pese a las difíciles consecuencias, Ballesteros comentó que el borrador del presupuesto que se ha pactado con Vox, en el que se contempla la eliminación de estas subvenciones nominativas, está «cerrado». No obstante, mencionó que las «conversaciones» con su socio se siguen produciendo, fruto del revuelo que se ha montado en la ciudad, y siguen «abiertas» aunque no puedan considerarse dentro de una negociación con posibilidades de prosperar.
Preguntada sobre si habrá algún representante del PP en la concentración que se ha convocado esta tarde frente a la Plaza Mayor (20 horas), la edil afirmó que no tiene ningún sentido su presencia ya que, aunque han expresado que no comparten esta «imposición» de su socio, «no sería lógica» ya que ellos son también «responsables» de esta decisión política al aceptar esta exigencia para poder aprobar el presupuesto del próximo año.
La edil popular detalló que este viernes mantendrá una reunión con las trabajadoras sociales del Ayuntamiento para ver de qué manera afrontan esta nueva situación que se plantea. Se da por descontado que los empleados municipales trasladarán la imposibilidad de asumir una mayor carga de trabajo.
Las tres entidades a las que el PP y Vox han quitado los casi 120.000 euros de subvención, a los que habría que sumar los 19.000 que rechaza Cáritas en solidaridad con las tres organizaciones, remataron ayer el manifiesto que se leerá hoy en la concentración en la Plaza Mayor y en el que se comienza describiendo que «Burgos está consternado» y la ciudad se encuentra «perpleja y desconcertada» ante una medida que califican de «incomprensible». Aseguran que han recibido múltiples muestra de apoyo de diversos sectores de la ciudad que rechazan esta medida que «carece de sentido y no aporta nada positivo».
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