No recoger los excrementos de los perros, sustraer, arrancar o dañar las flores o plantas de los jardines municipales, tirar un cigarrillo o un chicle al suelo, circular con la música dentro del automóvil a todo volumen, abandonar un vehículo en la vía pública o arrojar la basura en lugares no autorizados, además de atentar contra toda norma cívica, está desde hace unas semanas multado en el casco urbano de Frandovínez.
El Ayuntamiento acaba de aprobar una ordenanza que busca regular la convivencia ciudadana y la seguridad en el municipio, una norma insólita en la provincia y que trata de combatir algunas actitudes que se viven en este enclave a escasos 15 kilómetros de Burgos. «Por mucho que seamos un pueblo pequeño no estamos exentos de cumplir unas normas mínimas», recuerda el alcalde, Jacinto Puente. La ordenanza entró en vigor hace un mes y, por el momento, no ha tenido que ser aplicada.
En caso de llegar a ese extremo, las multas pueden alcanzar los 2.500 euros. La multa más cuantiosa solo se podría interponer en el caso de que se produzca una infracción por ensañamiento, maltrato o agresión física a animales, así como el abandono de estos. En el mismo escalafón pero con un baremo económico algo inferior (entre 750 y 1.500 euros) se encuentran faltas como perturbar la convivencia ciudadana de forma que incida grave, inmediata y directamente en la tranquilidad del resto de vecinos, impedir el uso o deteriorar gravemente el espacio público o provocar deliberadamente el apagado de cualquier sistema de alumbrado público.
Las multas menos cuantiosas, las leves, serán sancionadas con hasta 300 euros: en este apartado se encuentran infracciones como lavar el coche en la calle, realizar pintadas, causar daños en árboles, llevar al perro sin correa o encender fuego o realizar barbacoas en la vía pública. En relación a las graves, estarán penadas con entre 300 y 750 euros: arrojar basura a la red de alcantarillado, dificultar el tránsito peatonal o de vehículos o de la convivencia ciudadana son algunos de los apartados que engloba este capítulo.
«Garantiza el bienestar de todos los que vivimos en Frandovínez», asegura Puente, que reconoce que para diseñar esta normativa han tenido que fijarse en el modelo de un municipio castellonense. «No es algo habitual en Burgos», explica el alcalde, que afirma que no han tenido problemas o incidentes que les hayan llevado a aprobar este tipo de norma cívica.
Base. «Un Ayuntamiento creo que debe tener herramientas con las que poder intervenir. No puedes ir a decirle a un vecino por las buenas que está haciendo algo mal si no hay un documento aprobado que así lo dictamine», asegura.
El trabajo previo para crear esta ordenanza ha sido arduo. Para conformar una adaptada a sus intereses y al tipo de municipio que es Frandovínez -de tamaño pequeño, eminentemente agrícola...- se han fijado sobre todo en una localidad de Castellón que ya tenía en vigor una norma similar. «Su día a día era muy similar. Incluso los comportamientos anómalos que ambos pretendemos corregir», sentencia.