Llega abril y sí, toca hablar de libros, librerías, libreros, autores… y aunque sea de letras, voy a dar unas cuantas cifras, algunas que nos harán sentir orgullosos y otras que espero nos hagan reflexionar. Primero, debo contextualizar que los datos han sido obtenidos en la reciente celebración en Pamplona del XXVI Congreso de Librerías, organizado por Cegal (Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Librerías) a la que asistimos casi 300 libreros, editores, distribuidores, etc. Segundo, no puedo dilatar más mencionar que Castilla y León es líder ¡sí! en lo referente al número de librerías por habitante de la comunidad: por cada 100.000 personas, tenemos 9,48 librerías. Esto puede parecer una tontería, pero debemos tomarlo como un mérito y elogiarnos por lo que dice de nuestra sociedad.
¿Por qué un mérito? Para empezar, Castilla y León es grande y se divide en nueve provincias, lo que hace que la población esté muy dispersa y la distribución de libros sea más compleja (ergo cara). Para 2.383.703 habitantes en 2023, hay 226 librerías. Pongamos el ejemplo de Cataluña que, con 7.900.000, concentra el mayor número de estos establecimientos: 410 (supone 5,19 librerías por cada 100.000 habitantes). Y aquí va la pregunta: si tuvieras que abrir una librería ¿dónde lo harías?
Los grandes entes y algunas instituciones editoriales lo tienen claro. Me cuesta mucho expresar con buenas palabras situaciones 'discriminatorias', en las que nos vemos envueltos con cierta frecuencia en la librería. Y esto se traduce en frustración, mala leche y discusiones por defender un territorio que tiene el mismo derecho que cualquier otro a poder acceder a títulos en tiempo y forma.
Lo que sí tenemos claro es que, como bien rezaba el lema del congreso: el futuro es el libro. Debemos estar contentos por la fortaleza del sector, que alimenta literalmente a muchas familias y metafóricamente a más.