La compañía Estampaciones Aguirre de Briviesca recurre a la suspensión temporal de empleo de 44 trabajadores para prevenir posibles situaciones de caída de producción y pedidos. El representante sindical de CCOO declara a este periódico que la negociación «ha ido bien» y el «pacto ya está firmado». El expediente de regulación se aplicará «a partir del 15 de septiembre» y perdurará hasta el «mes de abril».
La medida afectará a «todo el personal laboral» de la fábrica, expone el portavoz que ha participado en el proceso, a la «plantilla de producción, al técnico de calidad y a algún encargado; a los jefes no», detalla. La empresa, dedicada a la estampación de una gran variedad de piezas desde 1978 para diversos mercados, principalmente automoción y aplicaciones para el doméstico, «respetará los días de vacaciones y las pagas extra», y también proporcionará a los trabajadores afectados por el ERTE un «pequeño complemento económico diario de 3 euros el primer mes y de 5 a partir del segundo», explica el sindicato.
El expediente de regulación temporal de empleo se justifica por una bajada de pedidos e incluso cancelaciones. «El sector del automóvil atraviesa una situación un poco inestable y hay que regular las operaciones», expone el portavoz de CCOO de la planta briviescana. «Por ahora, el personal está bien y en verano hay trabajo para todos. Se nota que la carga ha descendido, pero no es una situación drástica y las peores previsiones llegarán en invierno», añade.
A lo largo de los siete meses en los que, en un principio, Estampaciones Aguirre aplicará el ERTE, los perjudicados acudirán a la fábrica un mes sí y uno no, aunque en caso de que la compañía demande mano de obra y llegue a realizar «un rescate puntual nos debe avisar con 48 horas de antelación, el mismo plazo con el que nos comunicará que nos volvemos al paro», aclara el representante de Comisiones Obreras.
En torno al 70% de sus ventas van dirigidas al sector de la automoción y un 30% para aplicaciones domésticas, utilizando aluminio, acero al carbono, aceros de alta resistencia y acero inoxidable. La mitad de la producción va a parar a clientes del extranjero procedentes de Alemania, Francia, Polonia, Portugal, Países Bajos, Turquía, Japón, Brasil, Reino Unido, Italia, México o Estados Unidos.
En la pandemia. En el año 2020, como consecuencia de la pandemia de coronavirus, la empresa también aplicó dicha medida. A una parte mínima de la plantilla la afectó apenas dos semanas, mientras que otro porcentaje permaneció desempleado durante meses. En 2005, una caída importante de la producción provocó el despido de personal, que posteriormente se recuperó, pero no al completo.
En la misma línea, Rubiera, la fábrica de prefabricados de hormigón ubicada en Quintanaortuño, también ha abierto una negociación con los trabajadores y sindicatos al solicitar hasta 30 días de suspensión de empleo entre mediados de agosto y noviembre. A su vez, Gonvarri se protege ante una supuesta ralentización de la actividad en el último semestre del año y ha pactado con un expediente de regulación que afectará a 79 de los 220 puestos directos.