Como si se colocaran frente a un espejo. Así, Isabel Delgado ve en Amaia Arteta, aquella ilusión cuando con 18 años vio truncada su carrera (profesional) como tenista y probó con el pádel «casi por casualidad» con un curso de monitora en Santander al que se apuntó «sin tener ni idea», pero sus maestros vieron sus dotes y le instaron a dedicarse a esa disciplina que le ha «aportado felicidad» durante ya más de una década y media. Enfrente, y de forma radicalmente distinta, una pequeña con tan solo cinco añitos cogía la pala en las instalaciones del Talamillo y practicaba junto a su familia. «Me atrajo desde el primer momento. Me divertía».
Han llevado vidas paralelas puesto que casi dos décadas de edad les separan. Formarían un buen tándem a juzgar por su dominio con la pala, pero solo coinciden en los entrenamientos, aunque con diferentes acompañantes (hombres), porque las mujeres brillan por su ausencia en lo que viene a ser un primer nivel. Por no hablar del antes y el después que ha significado la pandemia. «Antes yo competía todos los fines de semana. Ahora ya no hay torneos ni de veteranas ni de categoría absoluta», confiesa Delgado, que siempre ha representado a Valladolid con Tania Revert, su pareja oficial en la cancha, con quien ha jugado World Padel Tour y ganado Campeonatos de España.
Algo a lo que ahora aspira Arteta, que ya pinta maneras después de haber conquistado el Europeo por parejas y equipos sub'18 con solo 16 años y haber llegado hasta semifinales en elNacional, con una elástica que luce la ikurriña, puesto que es allí donde «existen más torneos y nivel», argumenta esta joven que entrena tres días en Miranda de Ebro en Pádel Ebro a las órdenes del que fuera seleccionador nacional masculino Jon García Ariño y un día más en Burgos junto al técnico Jorge Gómez, quien también instruyó a Isabel Delgado.
Regulares, constantes, perseverantes, luchadoras y humildes coinciden a la hora de señalar algunas de sus virtudes. «Tengo la cabeza muy fría, con los pies en el suelo», resalta Delgado de un deporte que califica de «muy mental, muy psicológico», mientras que Arteta apunta a su «serenidad y calma» como puntos fuertes.
Sus horizontes son dispares. En sus 15 años de trayectoria ha sido cuatro años seguidos 'número uno' de Castilla y León y ahora ya no «tengo ese tipo de expectativas, aunque creo que juego mejor ahora que entonces». Mientras, Arteta intentará compaginar sus estudios de Segundo de Bach con las miras puestas en poder clasificarse para el Máster de España júnior y, por supuesto, «poder jugar World Padel Tour» como hizo la que para ella es su 'ídola'.
Quisieran poder llegar un día a competir juntas en Burgos y para ello instan a que se impulse y apoye esta disciplina que adoran. Para ello necesitarían mayor apoyo económico de patrocinadores, más torneos y chicas con ganas de aprender y pasarlo bien, con un poco ambición y nada conformistas. En el espejo, dos talentosas palistas burgalesas. Referentes antes, ahora y después.