Cuando se celebra el 50 aniversario del fallecimiento de Picasso, tenemos la suerte de poder ver en Burgos la exposición Picasso. Rostros y figuras. Obras de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con 50 obras cedidas para la ocasión por dicha institución que solo se han expuesto en su sede madrileña. Son todas obras figurativas, dibujos y grabados que poco a poco te van metiendo en su universo. Sin necesidad de ser ningún experto, da gusto seguir y apreciar la seguridad del trazo sobre el papel. Un verdadero regalo.
Pero, además, esta exposición nos trae otro regalo, y este llega para quedarse. Y es que la Fundación Caja de Burgos ha cambiado la manera de acceder a Cultural Cordón, hasta ahora por una puerta 'secundaria' de la calle Santander, para abrir al público la espléndida portada principal del palacio de los Condestables de Castilla, lo que me parece un notición para la ciudad que va más allá de la manera de usar un edificio. Porque la Casa del Cordón es sin duda el monumento civil más importante de Burgos.
Estábamos acostumbrados a ver su puerta principal siempre cerrada, y ahora nos damos cuenta de que esa situación era una anomalía. Aunque todos conocemos y utilizamos la entidad bancaria y el centro cultural que se alojan en su interior, la realidad era que el palacio se presentaba en su fachada principal a la Plaza de la Libertad como un monumento cerrado. Delante de la portada, los guías explicaban a grupos de turistas los muchos e importantes acontecimientos históricos que aquí tuvieron lugar, pero la puerta cerrada generaba una imagen de inmueble sin actividad. Y ahora por fin la puerta está abierta de par en par, y el palacio se presenta vivo, accesible para todos gracias a la nueva rampa que invita a entrar y disfrutar de la amplia oferta de Cultural Cordón. En el interior se ha reducido algo la superficie expositiva, pero a cambio se ha recuperado un gran espacio de acogida. ¡Enhorabuena!
El profesor Alberto Ibáñez, en su monografía sobre la Casa del Cordón, explicaba el simbolismo de la rica iconografía de la portada: el origen franciscano del cordón, el sol eucarístico como fuente de vida y energía, los escudos de los Velasco y los Mendoza… Y nos habla también de los dos unicornios que si se fijan podrán ver en las esquinas de la portada, que deben entenderse alegóricamente como animales guardianes: La vigilancia de los unicornios convierte la puerta principal en algo que no tiene fácil acceso; a través de ella se entra en otro lugar, en otro mundo. Pues adelante, ahora ya pueden atravesarla y entrar en el mundo picassiano.
(…Y además de Picasso, podemos ver también a Sorolla en la Sala Torrecilla de Fundación Círculo en la Plaza de España. A veces nos quejamos, injustamente creo yo, de la oferta cultural burgalesa, pero es justo reconocer que este otoño se presenta atractivo…)