Miguel Calvo

El retrovisor

Miguel Calvo


Demasiada crispación

16/11/2023

Casualidades del calendario han hecho coincidir este jueves de investidura con el Día Internacional para la Tolerancia declarado por la Unesco, organización que considera el derecho a la información y la libertad de prensa entre los mejores instrumentos para llegar a los que no respetan que otras personas defiendan opiniones distintas.

Llevamos, y llevaremos, demasiados días de bronca política, que en algunos momentos se han salido de madre alcanzando a meros actores de reparto. Prensa española, manipuladora. Este fue uno de los gritos más escuchados durante los graves disturbios que se produjeron en Cataluña en 2019, tras conocerse las sentencias del Tribunal Supremo para los líderes independentistas por la celebración dos años antes de un referéndum ilegal. Una consigna que se ha vuelto a escuchar estos días en algunas concentraciones de protesta contra el acuerdo de Pedro Sánchez con formaciones independentistas que, a cambio de sus votos, le van a permitir seguir al frente del Gobierno. La crispación que vivimos por la propuesta de amnistiar, 'por interés general', a los implicados en el procés, con verificadores internacionales y acompañada de contraprestaciones económicas, aunque alarme a muchos no debe de amparar comportamientos violentos, ni físicos ni verbales. Frente a la mayoría de los que ejercen de forma pacífica su derecho democrático a protestar, los que atacan sedes socialistas y acosan a los periodistas son una minoría exaltada. 

Medios de comunicación y asociaciones y colegios profesionales de periodistas como el de Castilla y León, recuerdan que el periodismo es un servicio esencial en una sociedad democrática y han denunciado las dificultades que sufren los trabajadores enviados a cubrir las protestas y contar lo que ven. Señalan que la libertad de expresión no puede servir de coartada para atacar a los periodistas, y piden a los representantes públicos que den ejemplo a la ciudadanía y no precisamente con proclamas como la de: los periodistas blanquean a los golpistas, que lanzó el vicepresidente de la Junta. Al margen de las convocatorias de protesta, no hay más que salir a la calle para percibir el malestar que han provocado los acuerdos de investidura. Jueces y otros colectivos aparte, el cabreo no está solo entre los 'nostálgicos del franquismo' como ha dicho algún dirigente socialista. La aritmética parlamentaria, la que pone y quita presidentes, es implacable, pero el nuevo Gobierno no debe de obviar a los que votaron otras opciones.