Carlos Briones Llorente

Entre ciencias y letras

Carlos Briones Llorente


Una biblioteca de la ciencia

28/04/2024

El martes de esta semana, 23 de abril, hemos conmemorado el Día de Castilla y León: una jornada para el recuerdo y el orgullo. A la vez, en Aragón festejaban a San Jorge y en Cataluña a Sant Jordi. Pero, además, toda España celebró el Día del Libro. Esa es una de las fechas clave en el calendario de la cultura, en la que el aire se llena de palabras y de sueños. A las 12 del mediodía, el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares se vistió de gala para conceder el Premio Cervantes a un leonés universal, Luis Mateo Díez. Este siempre inspirado narrador, nacido en Villablino en 1942, ha dicho en alguna ocasión: «Vivo contando y cuento viviendo. La ficción es una parte imprescindible de la existencia».

Efectivamente, nuestra vida no sería lo que es sin la literatura, sin que nuestro cerebro explore, como escritores o lectores, los territorios de la imaginación. Pero más allá de la ficción literaria, en el ámbito de la narrativa también se publican constantemente libros muy interesantes, ensayos que analizan temas clave en el ámbito de las humanidades, las artes o las ciencias. Algunos de estos textos son realmente imprescindibles, como ocurre con el que hoy traigo a mi sección. Ha sido escrito por José Manuel Sánchez Ron, doctor en Física Teórica, catedrático emérito de Historia de la Ciencia, y académico de número de la Real Academia Española (RAE) desde 2003, de la que ha sido vicedirector hasta muy recientemente. 

Conozco a José Manuel hace años y he compartido con él varios eventos, entre ellos uno en nuestra ciudad el pasado diciembre, cuando tuve el placer de presentarle y moderar el debate posterior en una conferencia suya sobre arte y ciencia, organizada por la Fundación Caja de Burgos. Es un hombre sabio, como también lo es mi querido y admirado José María Bermúdez de Castro. Ambos científicos y académicos de la RAE personifican la relación que debe seguir existiendo entre los distintos ámbitos que configuran la cultura.

Uno y otro son autores de libros estupendos, pero hoy me voy a centrar en el que acaba de publicar José Manuel en la Editorial Crítica, titulado El canon oculto. Una nueva biblioteca de Alejandría para la ciencia. El primer párrafo de su contracubierta resulta esclarecedor: «El propósito de este libro es el de rebatir la tan extendida costumbre que conforma los cánones de lo mejor que la humanidad ha producido a lo largo de la historia incluyendo únicamente obras de literatura, con ocasionales textos de filosofía e historia. Con la excepción de El origen de las especies de Charles Darwin, rara vez asoman a esos cánones textos de ciencia, como si la lectura, el conocimiento de éstos no formase parte de la Cultura, y no pudiesen dar a sus lectores placer, además de acceso a lo mejor de la sabiduría que los humanos han producido».

Con tal objetivo, esta extensa e intensa obra nos ofrece un recorrido por los cien libros que el autor considera más relevantes e influyentes en la historia de la ciencia, ordenados cronológicamente: desde la era de los manuscritos hasta finales del siglo XX. A lo largo de sus páginas nos encontramos con obras clave no sólo de las ciencias experimentales y exactas, sino también de las sociales. Entre otros, nos tienden su mano autores tan variados como Aristóteles, Euclides, Ptolomeo, Galeno, Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Johannes Kepler, René Descartes, Francesco Redi, Isaac Newton, Carlos Linneo, Immanuel Kant, Pierre-Simon de Laplace, Charles Lyell, Charles R. Darwin, Alexandr von Humboldt, Dimitri Mendeléiev, Sigmund Freud, Albert Einstein, Alexandr Oparin, Iván Pávlov, John von Neumann, Erwin Schrödinger. Edward O. Wilson, Stephen Jay Gould, Carl Sagan, Dian Fossey, Oliver Sacks o Stephen Hawking. Y entre ellos hay dos autores españoles: Alfonso X el Sabio y Santiago Ramón y Cajal. Todos ellos, y muchos más, son gigantes sobre cuyos hombros caminamos.

Además, la prosa ágil y elegante de un científico-historiador-humanista como José Manuel no se limita a reseñar lo fundamental sobre cada obra y autor, sino que nos sumerge en su época y en la intrahistoria que subyace a esas publicaciones. De hecho, uno de los interesantes Anexos de este libro recoge autobiografías de distintos científicos, la mejor forma de conocer a las personas que han protagonizado ese luminoso recorrido.

Hace cuatro días he tenido el placer de asistir a la presentación de este Canon oculto en el Ateneo de Madrid. Allí, José Manuel nos dejó reflexiones tan necesarias como ésta: «Es imprescindible aumentar nuestro conocimiento científico: saber ciencia nos hace mejores y nos permite sobrevivir en el complejo mundo actual». Compruébenlo a lo largo de esta obra, que es en sí misma una biblioteca de la ciencia.