Hace ya doce años que la Escuela de Arte y Diseño de Burgos inició su andadura en el nuevo edificio de la calle Sahagún tras abandonar la instalaciones abiertas durante cuatro décadas en el polígono docente del Vena. A lo largo de esta trayectoria, el centro se ha adaptado a los nuevos tiempos y perfiles profesionales suprimiendo ciclos formativos de escasa demanda por otros más acordes con el mercado. Ha sido el tirón de estos últimos, entre los que figuran Fotografía, Ilustración, Animación o los superiores de Diseño de Producto, los que han tirado de la matrícula hasta alcanzar este curso un récord de alumnado (486) que se prevé superar el próximo al ir incorporándose más niveles de estas enseñanzas.
Esta positiva evolución de su oferta académica, liderada por el grado de Moda, contrasta, sin embargo, con la situación de temporalidad que vive el personal docente. La directora de la escuela, Teresa Monzón, explica que solo 9 plazas de las 65 actualmente operativas se encuentran incluidas dentro de la plantilla jurídica, es decir la que por ley, que no por necesidad, debe tener el centro. «Más del 70% son profesores interinos», remarca, no sin antes mostrar cierto alivio por el hecho de que se haya atendido la mayor parte de la demanda realizada por el nuevo equipo directivo a la Dirección Provincial de Educación de Burgos.
Esto se traduce en 11 nuevas plazas fijas de un total de 12 reclamadas que saldrán en el próximo concurso de traslados para el siguiente curso académico, aunque esto no significa que la situación se solucione de forma definitiva. «Vamos bien, pero continuaremos pidiendo más a medida que se vayan consolidando los estudios recién implantados», precisa Monzón, poniendo el foco en que dicho objetivo será el que condicione en un futuro más o menos cercano la petición de nuevas enseñanzas.
(Más información, en la edición impresa de este lunes de Diario de Burgos o aquí)