Han pasado casi dos años desde que un fuego originado en Quintanilla del Coco arrasara con 2.500 hectáreas, 1.760 de ellas de árboles, la mayoría sabinas. Un bosque, que poco a poco va recobrando ejemplares gracias a las labores de reforestación que se vienen realizando. La última ha sido en la mañana de este sábado, donde un grupo de voluntarios ha participado en la segunda edición de la denominada Enebrada, una iniciativa que se puso en marcha el año pasado, en el que se plantaron 2.000 árboles entre Silos y Tejada.
En esta edición, vivida en un ambiente familiar, se han transplantado 1.000 sabinas en un monte de utilidad pública de Santo Domingo de Silos, donde aún persisten, como esqueletos, algunos de los árboles afectados por el fuego. Este proyecto de devolver al valle del Arlanza sus sabinas perdidas nació de la DO Arlanza y de Bodegas y Viñedos Valtravieso. También está organizada por la Diputación, la Junta de Castilla y León, el Rotary Club, la Fundación Caja de Burgos y los ayuntamientos de Silos, Tejada y Quintanilla.