Pedrosa de Duero se proclama como el municipio de la Ribera del Duero burgalesa que más bodegas tiene entre las mayores vendedoras de 2022. Según un informe realizado por Asemar, cuatro de las diez principales generadoras de riqueza en la zona se ubican en este municipio. Se trata de Pago de los Capellanes, con 18,5 millones, Bodegas Rodero, con 9,8, Bodegas Hermanos Pérez Pascuas, Viña Pedrosa, con 5,6 y la cooperativa, Bodegas Vilano con 5,3. Más abajo, entre las 20 primeras, se cuela también Traslascuestas con dos millones y medio en decimosexto puesto.
Aproximadamente, entre las cuatro primeras facturaron 39 millones de euros, casi la mitad de la suma total de las diez primeras elaboradoras de la comarca. Esto viene precedido del descenso que supuso el cierre de fronteras y de la hostelería durante la crisis de la covid-19, un periodo que resultó un mazazo para la venta de vino a nivel global.
Uno de los aspectos que Asemar resalta en su informe tiene que ver con la evolución de las bodegas familiares, algo que está relacionado con «su apuesta por la alta calidad y la generación de valor». Precisamente, las tres primeras elaboradoras en la lista de facturación pertenecen a esta tipología, con un nivel de ventas para Pago de los Capellanes que duplica a la siguiente empresa del ranking.
Esta presencia en la lista pone de manifiesto la importancia de la zona dentro de la Denominación de Origen. «Estamos ubicados en una de las primeras áreas en la que se cultivó vino en la Ribera del Duero, esto sumado a la calidad de la uva que conseguimos con nuestros viñedos, ayuda a tener una mejor presencia en el mercado», explica Beatriz Rodero, de Bodegas Rodero. Con suelos arcillosos que permiten la retención de agua, los cultivos ofrecen un fruto excepcional.
«Las personas de Pedrosa tienen un alto nivel de emprendimiento desde hace años. Nosotros fuimos parte de los fundadores de la DO», argumenta Juan de la Vega, gerente de Viña Pedrosa, que insiste también en la calidad de la uva que se cultiva en esta área de la Ribera del Duero a la que se unen otras localidades como Roa o Anguix.
Ambas bodegas cuentan con una cantidad mayoritaria de venta en España, aunque mantienen un porcentaje importante de vino para exportaciones.En el caso de Rodero, se encuentra en torno al 25%, mientras que para Viña Pedrosa supone un 40%. «Nos dirigimos hacia un punto muy claro, mejorar la calidad. Esto hace que, de manera sostenible, sigamos creciendo en ventas año tras año», cuenta Beatriz Rodero. Para Juan de la Vega el camino de la bodega tiene que ir en la misma dirección, la de intentar mejorar en calidad para sostener el beneplácito del consumidor.
Desarrollo rural. Según los datos de Asemar las bodegas son el único ámbito que presenta un mayor número de empleados fuera de Aranda. En total 557 personas trabajan en elaboradoras implantadas en pueblos, a diferencia de la capital de la comarca que tan solo cuenta con 152 asalariados en este campo. Esta cifra revela la importancia del sector vinícola dentro del desarrollo rural. «En Pedrosa viven muchas personas jóvenes y tenemos en torno a 15 o 20 niños», asegura de la Vega, que considera fundamental la creación de empresas para evitar la despoblación. Viña Pedrosa cuenta con veinticinco trabajadores fijos durante el año y algunos más en momentos de alta demanda.