La junta general de accionistas del Burgos CF transcurrió por el camino previsto y sin sorpresas. Con una participación de poco más de 20 miembros, se aprobaron todos los puntos incluidos en el orden del día en un acto que se hizo por vía telemática. El Burgos volvió  a generar unas pérdidas de 1,6 millones de euros la pasada campaña, una cifra casi idéntica a la de  22-23. Su deuda es superior a los 7 millones, de los cuales alrededor de 1,5 corresponden a créditos adquiridos en la etapa del grupo Yucon y el resto al CVC.

Las cuentas de la entidad blanquinegra siguen arrojando una cifra negativa, algo que Marcelo Figoli, propietario del club, aseguró que no se puede dilatar en el tiempo porque sería «insostenible». En el apartado de ruegos y preguntas el argentino señaló que el objetivo es reducir el déficit en el próximo ejercicio para que sea cero en la 26-27.

El camino es obvio: aumentar los ingresos y ajustar el gasto. Figoli sabe que tienen un duro camino por delante para conseguir esta meta. El grupo Yucon ya nada tiene que ver con el Burgos, una vez que se ha completado la segunda parte de la venta, por lo que ayer se aprobó la salida del consejo de Miguel Ángel Benavente y Nacho San Millán.

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