Ha pasado más de un año desde que comenzaron las obras del centro de Aranda. Afortunadamente las del puente ya terminaron, al contrario que las de los Jardines y zonas aledañas que parece que están cogiendo un poco de brío tras estar casi todo el invierno aletargadas (¿por el frío?). Como vecino de los bloques cercanos por estas macroobras quiero gritar alto y claro que ¡ESTAMOS HARTOS! de que cada tres por cuatro nuestros desplazamientos a casa se vean alterados y tengamos que cambiar nuestros recorridos cotidianos. Bien sabemos que siempre suceden imprevistos que alargan las obras y que no es solo la de los Jardines sino que la Red de Calor ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para enterrar sus tuberías y complicar lo ya de por sí complicado.
Pero lo que más nos irrita a algunos es que algunas obras permanecen paralizadas desde hace meses sin que se vea progreso alguno. Concretamente me refiero a las de la plaza de la Virgencilla en las que no se mueve una piedra desde hace unos cuantos meses y que causan un gran trastorno a los viandantes. Da la impresión de que las cosas se podrían hacer mucho mejor de lo que se han hecho, aparte de que durante todo este tiempo había días en los que apenas se trabajaba, ¡que los jubilados nos fijamos mucho en las obras!
Y para que no nos sigan dando el verano, ya que al parecer las obras no se van a terminar antes del mes de noviembre, se me ocurre que podrían rematar las zonas perimetrales mientras trabajan en las zonas centrales de los Jardines, para así aminorar las molestias. Todo a la espera de que conozcamos el resultado final, ya que los planos no los conocen más que los responsables. No he visto en ningún lado cómo va a quedar la obra una vez terminada, pero visto lo aficionados que son nuestros arquitectos a llenarlo todo de cementazo y a no dejar espacio para los árboles, me temo lo peor.