La Junta de Castilla y León ha comenzado las labores de reconstrucción de los montes afectados por el fuego en el incendio ocasionado el pasado 24 de julio en el término municipal de Quintanilla del Coco y que devoró en torno a 2.500 hectáreas de uno de los pulmones verdes de la provincia de Burgos. Estos trabajos se prolongarán durante un periodo estimado de seis meses.
El incendio forestal afectó principalmente a los municipios de Santo Domingo de Silos (1.300 ha.), Santibáñez del Val (600 ha.) y Quintanilla del Coco (500 ha.). Toda la superficie forestal arrasada por las llamas está integrada en el Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, declarado como tal en el año 2020 por su alto valor ecológico, paisajístico y cultural.
De las más de 2.500 hectáreas calcinadas, en torno a 1.700 hectáreas afectadas son zonas forestales y, de ellas, unas 600 se corresponden con montes de Utilidad Pública. Las principales especies arbóreas afectadas han sido la sabina albar -especie emblemática de la zona y que da nombre al Parque Natural-, seguida de la encina y una zona con unas 20 ha de pinar.
Imágenes del arbolado devorado por las llamas el pasado mes de julio. - Foto: JCyLDebido a la virulencia de las llamas y su rápida velocidad de propagación, favorecidas por las excepcionales condiciones meteorológicas, propiciaron una combustión muy incompleta de las cubiertas arbóreas, que si bien en su mayor parte se secaron por la exposición prolongada a las altas temperaturas, constituyen un material altamente combustible e incluso susceptible de producir problemas fitosanitarios.
Este arbolado remanente calcinado tras el incendio forestal no solo contribuye a devaluar un entorno de gran calidad visual y cultural del que destaca el Monasterio de Santo Domingo de Silos, sino que también supone un obstáculo importante a la hora de abordar las necesarias labores de restauración de las cubiertas vegetales.
Ante esta situación excepcional, el 4 de agosto la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, a propuesta del Servicio Territorial de Medio Ambiente, ha dictado una Resolución que autoriza a la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (SOMACYL) a la urgente retirada por emergencia del arbolado quemado en los montes catalogados de Utilidad Pública afectados por el incendio de Quintanilla del Coco. Toda el área se ubica en Santo Domingo de Silos, único propietario de este tipo de montes que se encuentra bajo especial protección, y cuya gestión técnica es competencia de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio.
Imágenes del arbolado devorado por las llamas el pasado mes de julio. - Foto: JCyLLa Resolución abre, además, la puerta a que tanto propietarios privados afectados como Ayuntamiento con terrenos forestales no catalogados de Utilidad Pública puedan acogerse voluntariamente a la extracción de la madera calcinada por parte de SOMACYL, en caso de que estos no tengan la intención o capacidad de aprovechar el arbolado quemado en sus fincas.
Una procesadora es la encargada de llevar a cabo las labores de corta y extracción del arbolado quemado en el monte de utilidad pública número 262 de Silos. En su mayor parte, esta será destinada a biomasa para usos energéticos, y una pequeña parte podrá ser reservada para obras de señalización y de uso público propias del Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, cuando su conformación y dimensiones así lo permitan.
La puesta en marcha de estas tareas de extracción ha dado comienzo por una pequeña zona poblada de pino, por ser esta la especie más susceptible a causar potenciales problemas sanitarios. Las actuaciones seguirán en orden de prioridad por la zona con mayor proporción de encina, pues su fuerte rebrote de cepa en época vegetativa puede impedir el corte de las partes quemadas y muertas de esta sin dañar a los jóvenes retoños. Las últimas zonas a trata serán las pobladas casi exclusivamente por sabina.
Entre las medidas llevadas a cabo con el objetivo de favorecer la recuperación de suelos y la biodiversidad de la zona, se encuentra que la biomasa delgada se incorpore mediante trituración al suelo para favorecer así su protección y la recuperación de la madera orgánica mineralizada por el fuego. También está prevista la reserva de algunos árboles quemados para que sirvan de atalayas de caza a rapaces diurnas y nocturnas, así como la construcción de puntos de agua y distribución de pacas de alfalfa con el fin de favorecer la recuperación de la fauna local.
Desde la Junta de Castilla y León se estima que los trabajos duren en torno a seis meses, aunque este periodo puede variar en función de la magnitud y distribución de las lluvias otoñales.
Una vez liberadas de biomasa las zonas afectadas, el siguiente paso será la selección de las zonas con mejor suelo para llevar a cabo labores de plantación de sabina con un cortejo de especies arbustivas productoras de fruto para favorecer la alimentación de la fauna silvestre.
En cuanto se determinen los presupuestos destinados a estas actuaciones se procederá a la redacción del correspondiente proyecto técnico de actuación.