Al Gobierno de Pedro Sánchez se le acumulan cada vez más frentes abiertos, en el plano político y también judicial, y el jefe de la oposición no está dispuesto a pasarlo por alto. De hecho, Alberto Núñez Feijóo y todo el PP no han dejado en los últimos días de incidir en este punto, con el objetivo de minar el frágil apoyo parlamentario del Ejecutivo.
«El futuro de Pedro Sánchez depende de sus socios fijos discontinuos», señaló el líder popular en un corrillo con periodistas en los pasillos del Congreso, asegurando que en absoluto había tirado la toalla en lo relativo a un acercamiento, hasta hace poco impensable, con aliados del líder del PSOE como Junts o el PNV.
En lo que respecta a los nacionalistas vascos, el dirigente conservador los ha tenido en su punto de mira desde hace tiempo, apelando siempre a su sentido de Estado en alusión al respaldo que están ofreciendo a un Gabinete que, como defiende, está «cada vez más cercado por la corrupción».
Sobre la formación del expresident Carles Puigdemont, nadie en el entorno de Moncloa apuesta por un acercamiento con el PP, un extremo que en Feraz califican, incluso, de «política ficción». Sin embargo, la amenaza lanzada hace una semana por los neoconvergentes, relativa a la posibilidad de plantear una cuestión de confianza contra Sánchez si no cumple lo pactado para Cataluña -advertencia que ratificaron las palabras en el Congreso de Miriam Nogueras asegurando que «no vamos de farol»-, está alimentando la llama de la esperanza en Génova.
En esta línea, Feijóo reconoció en esos corrillos informales con la prensa que cuando dijo a Sánchez «aguanta Pedro, no dimitas, porque no te mereces irte con un mínimo de honor», estaba empleando la ironía, pues considera que el inquilino de Moncloa si debe marcharse, aunque da por hecho que no tiene intención de hacerlo.
Además, el popular pone sobre la mesa la dificultad de que el Gobierno pueda aprobar finalmente los Presupuestos, como los socialistas siguen insistiendo que harán en el primer trimestre de 2025, lo que, a su juicio, dependerá de qué cesiones hagan a los de Puigdemont. Junts, en este sentido, dejó caer la posibilidad de que el Ejecutivo llegue a prorrogar las actuales Cuentas Públicas, ya que también entienden que Sánchez sería capaz de ello por seguir en el poder.
Feijóo advierte, en todo caso, que la situación desatada con las investigaciones por presunta corrupción que afectan al entorno de Sánchez y a algunos miembros de su Gabinete, así como a exdirigentes socialistas como el que fuera ministro de Transportes, José Luis Ábalos, acaba de empezar y cada uno tendrá que ver el impacto que le produce en el electorado porque nunca ningún Gobierno ha estado «acorralado por tantas causas».
De este modo, dure lo que dure la legislatura, el presidente del PP considera que el Ejecutivo «no da más de sí», si bien subraya que por su parte no hay ansiedad, ya que «ésta habita en Moncloa», dado que no es él quien debe acudir a los juzgados ni preocuparse por la agenda judicial.
No obstante, los populares tienen previsto seguir presionando a Sánchez con la supuesta corrupción, y están valorando cuándo citar al empresario Víctor de Aldama, presunto conseguidor de la trama Koldo, en la comisión de investigación del Senado, una comparecencia que de ningún modo se produciría antes de fin de año.
Asimismo, reactivarán otras vías críticas, incidiendo en sus ataques a los procesos internos del PSOE, al que en Génova comparan con el Kremlin por la «purga» de barones autonómicos como Juan lobato, que dimitió como secretario general de los socialistas madrileños. Sobre el aspirante a sucederlo, el ministro Óscar López, ironizan con la posibilidad de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le saque aún más ventaja que en su día Juan Vicente Herrera, que le dejó en 22 puntos en Castilla y León.
«Comprar el poder»
Uno de los mantras más repetidos por Feijóo es acusar a Sánchez de «comprar el poder con la dignidad de los españoles». Así se lo volvió a echar en cara en la última sesión de Control al Gobierno, donde le advirtió que «ni el independentismo le perdonará sus mentiras, ni los jueces les perdonarán sus delitos».
Tras el aviso de la cuestión de confianza de Junts y de que este partido haya acordado con el PP una enmienda para eliminar el impuesto a las energéticas, el jefe de la oposición instó al presidente a que aclare cuánto va a costar a los españoles que siga en la Moncloa.
«Donde usted ve entendimiento, sus socios ven engaños, y los magistrados, donde usted ve comportamientos ejemplares, ven indicios de delito», le recriminó, para vaticinarle: «Después de Navidad, sus aliados le estarán esperando para cobrarse la investidura».