Todas las notificaciones y cartas del Ayuntamiento de Burgos, incluidas las multas de tráfico, llegan desde esta semana al buzón de los ciudadanos a través de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos. Es de suponer que nadie notará el cambio, salvo los 35 empleados de la empresa Codibur (Comercial Distribuidora Burgalesa), que llevaba diez años haciendo este reparto y que ahora se ve privada de su principal cliente y sostén económico.
Codibur, que también se ocupó en su día del reparto postal de las antiguas cajas de ahorros, ganó el concurso público convocado en 2015 por el Ayuntamiento para prestar estos servicios al municipio. El plazo de vigencia del citado concurso venció hace ya siete años y, desde entonces, el operador postal privado ha pedido reiteradamente -por escrito y con reuniones presenciales con los responsables del municipio- que se convoque uno nuevo para poder concurrir en igualdad de condiciones con sus posibles competidores.
El caso es que nunca han atendido a su demanda, el servicio se prorrogó de manera indefinida hasta el pasado 12 de diciembre, cuando se les comunicó que habían adjudicado directamente el reparto postal que prestaban a la operadora nacional, cambio basado en el Acuerdo Marco para la homologación de los servicios postales utilizados por la Administración de Castilla y León y entidades adheridas.
El Acuerdo Marco contempla un catálogo de precios unitario para el reparto de cartas, tarjetas postales y notificaciones, correo certificado, publicidad, entre otros servicios. Codibur, en su recurso de reposición contra esta decisión, alegó que ya hacía esa tarea con precios más bajos que los que ahora se van a pagar a Correos.
La adjudicación al operador nacional se ha hecho efectiva desde el 1 de febrero. No ha habido despedida ni el trato personal que sí empleó el Ayuntamiento cuando necesitaba algo de sus 'carteros', reprochan los trabajadores afectados.
Facturación. El caso es que con el cambio desaparece el 50% de la facturación de esta empresa burgalesa y las 35 familias que dependen de la misma tienen alto riesgo de quedarse en la calle sin haber tenido la oportunidad siquiera de competir en igualdad de condiciones con la oferta planteada por Correos.
«Todo se ha hecho de forma regular y cumpliendo la ley, desestimaron el recurso que presentamos, pero entendemos que no se ha dado ninguna opción a una empresa local que prestaba bien este servicio», señalan los trabajadores, que a día de hoy no saben si se enfrentarán al cierre de la empresa o a los despidos.
El principal ingreso de Codibur era el correo del Ayuntamiento, por el que percibía en torno a los 65.000 euros mensuales, según consta en los reconocimientos extrajudiciales de crédito realizados para abonar estos servicios y aprobados en Junta de Gobierno.
Se trata de una plantilla veterana, con una media de 45 años, y que duda de que haya posibilidades de subrogarse en la plantilla de Correos, inmersa en sus propios problemas.
«Nos hemos sentido muy indefensos, desprotegidos y vulnerables con esta noticia, que es injusta y de la que nos hemos enterado por una simple notificación, nadie ha venido a decirnos algo...», señalan Ricardo, Esther y Santiago, trabajadores que acumulan varias décadas clasificando y repartiendo las notificaciones municipales y que dicen hablan en representación de toda la plantilla. «El Ayuntamiento nos ha hecho una mala jugada...».