No se habían consumido ni dos meses del año 2024 cuando la degradación de los edificios del Casco Viejo provocó notables estragos. En febrero hubo un derrumbe parcial de la cubierta del número 6 de la calle La Fuente, que aceleró el proceso por el que se terminaron derribando tanto ese bloque como los otros dos contiguos. Entrado el verano, en agosto, la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) se encargó de tirar un par de bloques más de la calle Independencia. A estos se unieron otro en la calle San Lázaro y uno en la Real Aquende durante el último trimestre. Así se terminaron alcanzando hasta siete derribos en un único curso, un balance ciertamente negativo, más aún teniendo en cuenta que apenas se inició una rehabilitación.
Esta reforma se está ejecutando en la Casa de las Cadenas gracias a la inversión de la Fundación Caja de Burgos, que ha elevado su presupuesto hasta rondar los cinco millones de euros. Las obras comenzaron a mediados del verano de 2024 y llevan bastante buen ritmo, ya que se ha sustituido buena parte de la antigua cubierta, se han eliminado unos bloques contiguos y se ha limpiado el jardín por completo. El objetivo es crear allí un centro multifuncional que aglutine toda la actividad de esta entidad, algo que debería estar listo a finales del presente ejercicio.
Se trata de un proyecto clave para el Casco Viejo, aunque la luz que arroja no opaca el oscuro resultado que se ha dado en el resto del barrio en cuanto a conservación de edificios históricos. El presidente de la Asociación Renacimiento del Centro Histórico, José Antonio De Juana, explica que «en cuanto a los derribos» el resultado del último curso«no es algo bonito», sin embargo, aclara que en 2024 «se ha hecho lo que se había dejado de hacer en los anteriores, porque se veía que en muchos casos era inevitable y había un riesgo añadido porque se buscaba seguridad, ya que eran casas que inevitablemente estaban en ruinas». Así, desde su punto de vista, en muchos casos «no quedaba otra solución» por culpa del «desinterés y dejación de muchos años» anteriores.
De cara al futuro inmediato, y particularmente para 2025, el presidente de la asociación que vela por el patrimonio de este histórico barrio adelanta que «seguramente se seguirá derribando algún edificio, pero será de forma adecuada, no como ha ocurrido hasta ahora, que se tramitaban las obras de urgencia y se hacía cargo el Ayuntamiento antes de trasladar la deuda a los propietarios». De Juana espera que las próximas actuaciones «sean de manera controlada, es decir, que se hagan con rigor y aplicando la normativa, porque eso es algo que necesita que haya tiempo para actuar y no que sea de urgencia porque ya haya habido un derrumbe de una cubierta, por ejemplo».
Además de nuevos expedientes que se puedan abrir por ruinas que necesitan una actuación de este tipo, a lo largo de los siguientes meses podría haber otras novedades en el Casco Viejo de Miranda. Otras novedades un poco más positivas. El presidente de la Asociación Renacimiento del Centro Histórico recuerda que «todavía» no han recibido una «contestación» de la Junta de Castilla y León sobre la solicitud que presentó este colectivo para rehabilitar «cinco edificios». Según cree De Juana, «a primeros de este año debería saberse algo» y, si bien es cierto que ve «difícil» que todos los bloques lleguen a buen puerto, confía en que al menos alguno sea beneficiario. Además, cree que en el futuro podría ampliarse la partida en esta Comunidad Autónoma con fondos que han sobrado en lugares como«Andalucía o La Rioja, donde se ha intervenido poco con este tema».