Un Camino a medias

L.M. / Hornillos del Camino
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Los albergues demandan más promoción de la Meseta ante el desplome estival de romeros. Las altas temperaturas, la mala fama del tramo entre Burgos y León y la escasez de zonas de sombra ahuyentan cada vez a más caminantes

Así de vacío ha dormido algunos días el albergue de Rabé de las Calzadas, una estampa que tristemente se repite a lo largo de las etapas entre las provincias de Burgos y León. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Julio y agosto no suelen ser buenos meses para el Camino de Santiago, lo que redunda tanto en los alojamientos como en los negocios a pie de ruta. Las altas temperaturas estivales que castigan la meseta castellana -entre las provincias de Burgos y León- retraen cada año más a los peregrinos.

El panorama que se vive estas últimas semanas en enclaves tan concurridos habitualmente como Tardajos, Rabé de las Calzadas, Hornillos del Camino, Hontanas o Castrojeriz es, simple y llanamente, desolador. Como prueba la multitud de literas que pasan las noches vacías en muchos albergues o, en el peor de los casos, la clausura por unas horas de los mismos ante la falta de usuarios.

En Rabé ocurrió hace unas semanas, cuando Clementina, su propietaria, echó el tranco a primera hora de la tarde tras todo un día esperando caminantes. «Julio y agosto están siendo muy irregulares y muy raros», asegura. Si el 2023 la canícula ya fue negativa, este 2024 está siendo incluso peor. Félix, un vecino que suele pasar las horas sentado en un banco a la sombra junto al establecimiento, reconocía que desde principio del verano el bajón de peregrinos está siendo severo. «Antes se veía pasar grupos grandes durante toda la mañana, pero últimamente se ven pocos y muy solos», explica.

En el albergue municipal de Hornillos, a escasos 8 kilómetros de Rabé, esa misma jornada apenas registró cinco peregrinos, una cantidad irrisoria frente a las 30 plazas de las que consta. Aunque tampoco es habitual que se llene, lo que no es normal es que baje de las 15 camas ocupadas por noche. Con estos mimbres, su responsable, Inma, no tuvo otro remedio que seguir los pasos de su compañera Clementina y cerrar algunas habitaciones.

«Cada verano mengua más y más», asegura. Estas dos emprendedoras tienen claro el motivo del notable bajón de peregrinos que vive la provincia: la mala fama de la meseta castellana y las fake news que inundan la Ruta Jacobea. «El autobús de las 17:30 horas desde Burgos hasta León va todos los días lleno de peregrinos», denuncian. Y es que la llanura que conecta estas dos capitales, unidas a las altas temperaturas que arrecian estas jornadas, la falta de sombra y zonas frescas y el desinterés «palpable» de muchos caminantes por el excelso patrimonio artístico y religioso que se encuentran a su paso son el cóctel perfecto para muchos caminantes y ciclistas.

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