Miranda contó este año con dos actos principales para conmemorar el 8-M y la polémica también se multiplicó. La primera tuvo como resultado la negativa del Partido Popular a participar en la marcha promovida por el equipo de gobierno. El PP no acudió a la cita porque consideró que el grupo socialista quería imponer un comunicado, en el que no había ni una sola palabra sobre la ley Trans o la del Sólo sí es sí. Pero este no fue el único problema de la noche.
El Ayuntamiento convocó a las 19.30 horas su manifestación y media hora después, tocaba la concentración del grupo Mujeres en la Calle. Las críticas se arrastraban de la previa, por la cercanía de los horarios, y quedaron reflejadas en la última intervención del colectivo feminista. Fue Marian Rocandio quien atacó al equipo de gobierno y pidió «respeto» a una organización «que está en la calle todos los días».
Los reproches, en parte, enturbiaron la jornada. La manifestación reunió en las calles a cerca de 300 vecinos que escucharon un manifiesto que concluyó con una petición: «Tener presentes a todas las mujeres, todos los derechos, todos los días». Al terminar, animaron a los mirandeses presentes a acudir a la concentración. La cifra descendió ligeramente en este segundo acto, en una jornada de lluvia en la ciudad. En su caso, el colectivo leyó el comunicado con la voz de más de una docena de sus integrantes, muchas con el pelo tapado por una prenda morada. En la lectura, hicieron un repaso de la situación de las mujeres en el mundo y en España, donde lamentaron el consumo de prostitución.