En el juego de equilibrios del mediocampo que deberá ejecutar Hansi Flick durante toda la temporada, cada detalle cuenta. Tener donde elegir es siempre una bendición, pero también un quebradero de cabeza: Casadó y su brutal irrupción, la magia recuperada de Pedri, el retorno de Gavi, la consistencia de Fermín, e incluso Pablo Torre (que en apenas 209 minutos de competición lleva tres goles y una asistencia) se unen a dos nombres que en este parón de selecciones han sido noticia por motivos opuestos, Dani Olmo y Frenkie de Jong.
El internacional español alcanzó el pasado fin de semana en Dinamarca las 40 internacionalidades (11 goles y 10 asistencias) y lo festejó de una forma especial: luciendo el brazalete de capitán y luciendo en Copenhague un repertorio de control del juego en el último tercio del campo al alcance de muy pocos futbolistas hoy en el planeta. Se puso el 'modo Eurocopa', esa competición que coronó como 'MVP' a Rodri… pero en la que Olmo rozó la perfección: tres goles más dos asistencias, 17 disparos y errores que se podían contabilizar con los dedos de una mano.
Su regreso al Barça (salió con 16 años rumbo al Dinamo de Zagreb) ha sido la constatación de que, a sus 26 años, camina hacia una categoría especial de estrella del fútbol, de los que mejor se mueve entre la línea medular y la delantera. «Sabía que en Barcelona me iba a ir bien», aseguraba el de Terrassa, cuyo rendimiento ha convertido el desembolso de 55 millones (47 según explicaba Laporta a finales de la pasada semana) en algo 'barato'.
A pesar de haber estado lesionado durante cuatro semanas, Olmo lleva cinco goles con el Barça y una asistencia en los dos partidos que, al cierre de esta edición, ha podido disputar con España tras la Euro de Alemania. Desborde, velocidad y gol: tres características que le han convertido en un pilar para Flick… y para la 'Roja'. Es un talismán para Luis De la Fuente. Con él sobre el campo, España no ha perdido desde Qatar'22, cuando quedó eliminada en la tanda de penaltis ante Marruecos. En las dos únicas derrotas del riojano al frente de la selección absoluta, Dani Olmo no jugó: ni ante Escocia en el clasificatorio para la Eurocopa (2-0) ni en el amistoso en Londres ante Colombia en marzo (0-1).
A pesar de su juventud, y ante la ausencia de un líder claro sobre el campo como es Rodri (lesionado de gravedad hasta la próxima temporada), el '10' de España -dorsal que lució en Dinamarca- ha asumido sus galones con naturalidad: «Me siento importante. Soy de los jugadores que más partidos llevan y me siento bien ayudando al equipo tanto fuera como dentro del campo».
La «debilidad»
En el otro lado de la balanza se encuentra su compañero Frenkie de Jong, que ha causado baja para el segundo partido FIFA (ante Bosnia) y ha regresado a Barcelona con las eternas molestias en el tobillo. El mismo día que Olmo lucía el brazalete de España por vez primera, el neerlandés regresaba a la titularidad de Países Bajos por primera vez en mucho tiempo: 14 meses, exactamente, desde la última vez que se enfundó la camiseta de la 'Oranje' (10 de septiembre de 2023 ante Irlanda). Su regreso fue una gran noticia, y el resultado del partido decisivo ante Hungría (4-0 en Amsterdam) también… pero el azulgrana abandonó el partido a los 68 minutos con malas sensaciones, tal y como confesó en la zona mixta: «Aún tengo momentos de debilidad y sensibilidad mientras juego, debido a las lesiones. Necesito más partidos y minutos para coger confianza». En lo que va de temporada, apenas ha disputado 245 minutos en siete partidos; fue suplente en el clásico ante el Real Madrid y en el derbi ante el Espanyol, pero sí salió de partida ante Estrella Roja y Real Sociedad… eso sí, sin completar los 90 minutos en ningún caso.